Hemos pasado con creces el ecuador del mes de febrero y la nieve acompañada de temperaturas bajas sigue sin llegar a la península Ibérica, al menos en la cantidad mínima necesaria. Además, no hemos tenido ninguna entrada de frío en todo lo que llevamos de invierno. Vamos, uno de los peores inviernos en bastantes décadas. 

 

 

Ahora, por fin, se abre una ventana de esperanza a un cambio de tiempo que traería agua y nieve a buena parte del país, acompañadas de unas temperaturas bastante más bajas que las vividas en las últimas semanas. También es posible que se produzcan fenómenos adversos que debemos seguir: grandes olas en el Cantábrico, fuertes vientos, tormentas severas e incluso episodios de nieve en cotas bajas.

 

 

Además, y esta es la mejor noticia, parece que no va a ser un episodio efímero, y que durante los próximos días, e incluso semanas, entraremos en una fase de llegada de borrascas e inestabilidad, acompañadas de temperaturas normales para la época. Nada de calores de mes de mayo como hasta ahora. La nueva posición del anticiclón será clave para mantener este flujo más fresco y húmedo por un tiempo.

 

Aunque mañana por la tarde daremos una extensa previsión a corto y medio plazo, vamos a ver en este avance qué nos deparan los próximos días con más brevedad.

 

 

La situación que tenemos a las puertas empezará con una entrada marítima polar importante, lo hará con varias borrascas y sus frentes afectando a la península Ibérica.

 

Una profunda borrasca se centrará al norte de las islas británicas-girando los vientos en sentido antihorario- lo que inyectará vientos con un gran componente de humedad por su recorrido por el océano desde latitudes árticas.

 

Esto provocará un descenso acusado de las temperaturas y unas precipitaciones intensas en forma de lluvias, chubascos y nevadas que se iniciarán el jueves de madrugada por Galicia y el Cantábrico para extenderse a buena parte de la Península.

 

 

 

Además, posteriormente los modelos atisban una segunda borrasca secundaria penetrando el domingo por el norte del país que acabaría en el Mediterráneo, provocando vientos fuertes y precipitaciones con bastante virulencia, aunque los pronósticos sobre la virulencia de esta depresión aún necesitan un tiempo para ver qué terminará pasando.

 

Se esperan precipitaciones abundantes en amplias regiones del país, especialmente en el noroeste y Cantábrico, con posibles tormentas y granizo. La cota de nieve será baja en el norte, por debajo de los 700 a 600 metros en algunos momentos. También se prevén lluvias intensas en zonas de alta montaña y del Mediterráneo la próxima semana, aunque este último aspecto está por ver aún.

 

 

Las nevadas se extenderán a buena parte de la Península, siendo intensas en la Cordillera Cantábrica -donde se pueden superar los 70 centímetros de nieve por encima de 1.800 metros-, moderadas en los Pirineos y destacables en el sistema Central, sistema Penibético e incluso Sierra Nevada.

 

 

Mapa de nieve acumulada hasta el sábado a las 7:00 horas (máximo de tiempo que da pronóstico) en los Pirineos según el modelo Arpege. Fuente Meteociel/MeteoFrance
 

 

En definitiva, se esperan una serie de temporales invernales a partir del próximo jueves, con fuertes precipitaciones, tormentas, granizadas y nevadas en zonas montañosas. Los vientos árticos harán descender las temperaturas considerablemente. Esta situación se mantendrá al menos hasta la próxima semana.