Pocas actividades resultan tan estimulantes como el esquí o el snowboard cuando te da el aire en la cara mientras bajas con nieve bajo los pies.

 

Ponerse los esquís o la tabla, aunque sólo sea una vez al año, puede mejorar la salud y la felicidad general.

 

 

 

 

Según diversos estudios científicos, ejercita casi todos los músculos principales, mejora la salud mental, quema calorías rápidamente y fortalece el cuerpo.

 

 

 

Un informe del Journal of Sports Science indica que el esquí y el snowboard no solo son actividades que desafían el equilibrio y aumentan la flexibilidad, sino que también benefician la salud cardiovascular.

 

El Dr. Josef Niebauer, cardiólogo austriaco, destaca que estos deportes tienen efectos positivos en la rigidez arterial, un factor de riesgo para enfermedades cardíacas y Alzheimer, lo que sugiere un rejuvenecimiento de las arterias.

 

Después de esforzarte durante una bajada y elevar tu ritmo cardíaco, tomas un respiro subiendo al telesquí o al telesilla y luego vuelta a empezar.

 

 

 

Según Niebauer, “observamos efectos positivos en la rigidez arterial, un factor de riesgo de cardiopatías y Alzheimer, lo cual es un signo de rejuvenecimiento de las arterias”, afirma.

 

 

Además, la sensación de logro que se obtiene al aprender una nueva habilidad o dominar una pista difícil puede aumentar su confianza en sí mismos y su autoestima.

 

"El esquí alpino es una combinación de entrenamiento de resistencia y resistencia", sigue el Dr. Josef Niebauer, profesor de medicina deportiva y cardiología y director del Instituto de Medicina de Rehabilitación y Deportes Moleculares de la Universidad Médica Paracelso en Salzburgo, Austria. "Tiene efectos positivos sobre el corazón y la circulación, así como sobre los músculos periféricos, predominantemente las piernas".

 

 

Por supuesto, descender en polvo profundo aumentará tu frecuencia cardíaca más que una bajada pausadamente por una pista acondicionada.

 

 

Pero dice que todos los tipos de esquí alpino (y también de fondo) ofrecen beneficios cardio metabólicos, incluida una mejora de la resistencia a la insulina, la composición corporal y el metabolismo de la glucosa, así como una caída de la presión arterial, los lípidos en sangre y la frecuencia cardíaca.

 

El esquí también parece revitalizar los vasos sanguíneos y la salud de las células. "Vimos efectos positivos sobre la rigidez arterial, que es un signo de rejuvenecimiento de las arterias", dice Niebauer. (La rigidez arterial también es un factor de riesgo de enfermedades cardíacas y Alzheimer).

 

 

 

"La combinación de movimientos altamente coordinados con diferentes tipos de modos de ejercicio y la combinación de trabajo muscular excéntrico, isométrico y concéntrico podría considerarse bastante singular en comparación con otros tipos de actividad física”, afirma Thomas Stöggl, investigador del esquí y profesor asociado de ciencias del deporte y kinesiología en la Universidad de Salzburgo.

 

Los movimientos y esfuerzos sutiles (y no tan sutiles) de rodillas y caderas que se realizan durante el esquí alpino desafían una gama mucho más amplia de músculos de la parte inferior del cuerpo que la mayoría de las otras formas de ejercicio.

 

Desde los músculos grandes de los muslos hasta los músculos de soporte mucho más pequeños alrededor de las rodillas, esquiar es un entrenamiento completo para la parte inferior del cuerpo, según muestra un estudio de 2013 en el Journal of Sports Science and Medicine.

 

 

 

 

El Dr. Niebauer advierte sobre los riesgos cardiacos, destacando que los ataques al corazón son una causa significativa de muerte en las pistas debido a la práctica del esquí sin una condición física adecuada.