Del 11 al 20 de octubre estuve visitando un trozo de la Patagonia Chilena con Nico, uno de mis mejores amigos y compañeros de cordada. Viajamos en avión desde Santiago hasta Balmaceda, donde ahí nos estaba esperando Diego para llevarnos a su casa, en Cerro Castillo. Siempre me habían hablado muy bien de la Patagonia, y este año se alinearon los astros para que fuéramos a conocer ese paraíso montañoso. 

La conducida desde el aeropuerto hasta Villa Cerro Castillo nos dejó con la boca bien abierta y ganas de esquiar todo lo que veíamos…Así que al día siguiente ya estábamos con los esquís puestos ‘randoneando’ a la base del Cerro Custodio para esquiar su canal central en la cara NE. 

Con Nico después de esquiar la canal en el Cerro Custodio

Esa subida con esquís y crampones estuvo bien calurosa y la sufrimos un poco, pues la nieve se transformó rápidamente y nos hundíamos bastante con los crampones. ¿Lo bueno? ¡Que la bajada con nieve primavera estuvo exquisita!

Para no perder nuestros días, al día siguiente estábamos caminando, con 20 kg en la espalda, montaña arriba para llegar a acampar en la Laguna Castillo. Esa subida fue dura pues la última hora la pasamos con esquís, subiendo por una diagonal bien expuesta, resbalando y un poco asustados. Pero como dicen algunos, todo esfuerzo tiene su recompensa…así que llegamos a la base de la cara sur del Cerro Castillo donde montamos campamento delante de esa montaña tan imponente! 

Nuestro campamento debajo del Cerro Castillo

El día siguiente estuvo lleno de diversión en esa montaña. Encontramos una bonita rampa de nieve para esquiar, en la zona izquierda de la montaña. Pocas opciones teníamos pues estaba la montaña llena de rimayas por la nieve primavera…¡Después de esquiar desmontamos campamento y bajamos de vuelta a la civilización con nuevas historias que contar!

Otro buen día que pasamos fue el 16 de Octubre…era el cumpleaños de Nico y para celebrarlo fuimos a intentar escalar en hielo, pues quería hacer algo que nunca hubiese hecho…Así que madrugamos (para que las altas temperaturas primaverales no estropearan más aún el hielo) y nos dirigimos a la cascada de ‘La Bombacha’.

La aproximación fue bien corta pero a mi amigo se le rompió una pieza de la fijación de snowboard (ahí se acabaron todos nuestros planes de esquí del viaje). Una vez debajo de la cascada nos dimos cuenta que no era la mejor época para estar ahí: casi no había hielo, éste estaba en malas condiciones (por las altas temperaturas) y caían (de vez en cuando) bloques de hielo y roca donde estábamos nosotros. Aún así conseguí escalar un largo en ese hielo y que Nico disfrutara de su día. Esa tarde aprendimos a pescar con mosca y fuimos a una laguna a ver si picaba algo…

 

 

 

 

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Después de la rotura de la fijación de snowboard, nuestros planes se dieron vuelta y los días que nos quedaron los dedicamos a escalar en roca y a pescar con mosca. Volver a la roca fue un poco duro, pues este deporte es bastante ingrato: a la que dejas de practicarlo pierdes bastante nivel. Igualmente conseguimos escalar algunas rutas en zonas bien conocidas como: El Aeródromo, La Guanaca y Vista Tehuelche.

 

 

 

 

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Otro gran descubrimiento que nos hizo Diego fue la pesca con mosca! Un deporte que encontré bien entretenido y agradable para desconectar de la montaña, la roca y la nieve. Estuvimos pescando dos días y lagunas diferentes. Costó un poco, pero picaron varias truchas! Algunas las devolvimos y otras nos las comimos al día siguiente jeje

En conclusión, fue un viaje espectacular a un patio de juegos bien grande. Con múltiples actividades por hacer y en una época con poca gente. Para otro año, me gustaría volver a esquiar lo que no conseguimos este año y a seguir embobándome con esas montañas tan bonitas.