¡Cumbre en el Cerro Aconcagua!

Dom, 22/01/2023 - 19:26

MISIÓN CUMPLIDA!! Hemos pisado el techo de América!!!!

Un total de 20 días necesitó nuestra expedición para escalar el Cerro Aconcagua (6.962m) por el Glaciar de los Polacos e intentar esquiarlo…esto va a ser un breve resumen, pero detallando las anécdotas más interesantes.

Todo empezó el 19 de noviembre desde Mendoza. Mi compañero y guía Emi Salomón me pasaba a buscar y empezaba la primera etapa de la aventura: el proceso de aclimatación. En cuestión de pocas horas en coche y caminando hicimos unos 3.000m de desnivel positivo en la zona de Vallecitos…no os podéis imaginar cómo me pegó la altura! Sentía una gran presión y dolor de cabeza que hasta el día siguiente no se me pasó. Pasamos 4 días durmiendo en la zona de ‘Puente del Inca’ (al lado de la frontera entre Chile y Argentina) entre los 3.000 y 4.000m.

 

También, 5 días antes de eso y durante todos los días de la expedición tomábamos más de 4 litros de agua al día. ¿Porqué? –Porque en la altura, con la falta de oxígeno la sangre necesita más glóbulos rojos para transportar ese oxígeno y esos se generan en el riñón. Esa cantidad abundante de agua hace que el riñón trabaje mejor y genere más glóbulos rojos.

El día 23 de noviembre entramos al ‘Parque Provincial de Aconcagua’ por la entrada de ‘Punta de Vacas’. Fueron 3 días de trekking hasta el campo base: Plaza Argentina a 4.200m. Lo sensato para aclimatar bien es tomarse un día de descanso en el campo base y eso hicimos. Aprovechamos ese día para revisar todo el material y la comida para los días de altura. También ese día probé por primera vez la escalada en boulder, en una roca al lado del campo base que le llaman ‘El Bondi’. Después de ese día ya empezaron los porteos de material a los campos de altura y los movimientos.


(Fer escalando en 'El Bondi' a 4200m) 

Teníamos 3 campos de altura. El primero a 5.000m aprox que para llegar teníamos una buena morrena y una pendiente nevada con penitentes, el segundo (el antiguo Campo 3 de Guanacos) a 5.400m aprox con una aproximación a base de travesías pasando por el ‘Col del Ameghino’ y el tercero (Campo 2) a 5.800m aprox bajo el Glaciar de Los Polacos. En total, estuvimos 7 días viviendo por encima de los 5.000m de altura. Gracias al buen trabajo que hicimos para aclimatarnos no tuvimos ningún problema.

(Subiendo del Campo 1 al Campo 3 de Guanacos)

 

El 3 de diciembre, estábamos en el Campo 3 de Guanacos descansando y pudimos escuchar el partido del mundial Argentina – Australia a través de una radio VHF. ¡Qué amantes del fútbol son los argentinos!

Nuestro día de cumbre fue el 5. Despertamos a las 3am con un viento muy fuerte azotando las paredes de la tienda. El otro guía ‘Fer Arnaudi’ y Emi se miraban entre ellos con cara de preocupación, pero yo le tenía fe a que podríamos salir. Tomamos desayuno y a las 5 salíamos de la tienda en dirección al glaciar. ¡El cielo se empezaba a enrojecer y el hielo del glaciar se ponía de un color muy bonito, empezaba nuestra escalada! Llegamos al inicio de las cuerdas fijas y nos encordamos a ellas. ¡Jumar, mosquetón y para arriba!

El principio del glaciar no tiene mucha complicación. Se trata de subir por una ladera de unos 40º de inclinación que se va poniendo más inclinada hasta el primer paso ‘difícil’ de la subida: el Cuello de Botella a 6.500m aprox. Se trata de un escalón de hielo sobre una rimaya. Una vez superado eso se sigue subiendo por el glaciar que tiene ya más pendiente hasta el segundo paso ‘difícil’: la Chimenea a 6.700m aprox. Un tramo con un poco de escalada mixta en nieve y roca. Después de eso se sube hasta el filo que te lleva a la cumbre y pisas el techo de América.

(Ruta de ascenso: Directa de Los Polacos)

Al principio de nuestra escalada yo me sentía con la energía baja pero, a medida que íbamos subiendo me fui encontrando mejor. Después de cada tramo de cuerda fija parábamos a tomar un poco de agua y comer algo. ¡En el Cuello de Botella ya estábamos bien iluminados por el sol y teníamos una energía bien alta, tal que puse música desde mi teléfono y ésta nos acompañó hasta la cumbre! Nos tomamos una dexametasona para prevenir cualquier problema y seguimos para arriba. A partir de los 6.500m es importante ser consciente de tu respiración (sea cual sea) para no dormirte por la falta de oxígeno.

La cosa se ponía cada vez más dura…escalábamos un par o tres de pasos y teníamos que parar a respirar. Llegamos un poco más tarde de lo esperado a La Chimenea, pero no supuso un problema para llegar a la cumbre. ¡Recuerdo la salida desde La Chimenea hasta el filo que te lleva a la cumbre un recorrido bien largo…se trataban de unos metros caminando casi a gatas sobre una suave pendiente en hielo que no se acababan nunca!

¡Y ese filo cumbrero…mortal!!! Varios metros de distancia que tardamos algo más de 1h. A más de 6.900m la estrategia era la de hacer un paso cada dos o tres respiraciones.

¡Llegamos a la cumbre! Bastante hechos polvo después de 10 horas escalando y caminando. Pero pude experimentar una mezcla de sentimientos que sólo tengo cuando estoy en lo más alto de una montaña. ¿Qué es? – No se cómo explicarlo…

Nos tomamos unas fotos, comimos y bebimos y empezamos a bajar por la ruta normal.

Bajar caminando con las botas de esquí sobre piedras se me hizo bastante duro…por suerte a los 6.100m aprox me pude poner los esquís para experimentar lo que es el esquí en altitud. Pero estaba tan cansado que no pude pasar las botas del modo caminar al modo esquí. Fueron varios metros esquiados con una inseguridad por la flexión tan blanda de la bota y las condiciones heladas del nevero. Ya después de 15h de actividad pudimos volver a la tienda a descansar.

¡Después de ese día bajamos al campo base, celebramos nuestra cumbre y nos fuimos de vuelta a la civilización! Esa vuelta la recuerdo bien bien dura. El primer día de trekking nos clavamos 30km con los pies adoloridos del día de cumbre. Notaba cómo se me clavaban mil agujas en la planta del pie. Suerte que al llegar a ‘Pampa de Leñas’ un chico del campamento nos preparó un baño para los pies (analgésico) con sal marina, orégano y agua caliente. Al día siguiente los pies estaban recuperados al 100% ¡Y pudimos llegar de vuelta a Penitentes!

No sé cómo acabar este relato…pero os tengo que decir que ha sido una escalada bien diferente a las que yo estoy acostumbrado. Una forma de entender la montaña y su logística bien diferente que me ha ayudado a crecer como persona y esquiador. ¡La próxima, me gustaría que fuera en una montaña no tan comercial para no cruzarme con tanta gente!

Voy a editar un pequeño video con todo lo que grabé con mi GoPro. Ya os lo enseñaré…

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Blog creado por Alex Blasco

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