En Eslovenia, el salto de esquí no es solo un deporte, es una institución profundamente arraigada en la cultura del país.

 

Esta disciplina de los deportes de invierno, que nació en Noruega, ha encontrado un hogar prolífico en Eslovenia, produciendo leyendas como Peter Prevc y Timi Zajc.

 

 

Entre los muchos jóvenes eslovenos que han probado suerte en el salto de esquí, uno ha sobresalido no solo en esta disciplina, sino también en el ciclismo: Primoz Roglic.

 

 

 

 

En 2007, Roglic formó parte del equipo esloveno que ganó la competición por equipos en el campeonato mundial juvenil de salto de esquí.

 

 

Aunque Roglic continuó esquiando, ya no pudo competir al nivel de los mejores, lo que puso fin a sus sueños olímpicos en esa disciplina.

 

 

Ese año, ganó la contrarreloj de la novena etapa del Giro de Italia, y en 2017 sorprendió al mundo al ganar una etapa del Tour de Francia que finalizaba en Serre Chevalier, completando una hazaña en solitario en una etapa de montaña.

 

Desde 2019, Roglic se ha consolidado como uno de los mejores corredores del pelotón internacional. Con tres victorias consecutivas en la Vuelta a España entre 2019 y 2021, y un segundo puesto en el Tour de Francia 2020, su versatilidad y determinación son innegables.

 

Además, ganó la medalla de oro en la contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un momento que él mismo describe como "verdaderamente especial".

 

"Prefiero recordar solo una victoria, la de mi título olímpico en la contrarreloj de Tokio," ha dicho Roglic, subrayando la importancia de este logro en su carrera.

 

En el Tour de Francia 2024, Roglic es uno de los favoritos. Su habilidad para manejar tanto las etapas de montaña como las contrarrelojes lo convierte en un competidor formidable.