Lindsey Vonn ha firmado una de las gestas más impactantes del deporte invernal. A los 40 años, y tras seis temporadas retirada, la leyenda estadounidense ha regresado al podio en las Finales de la Copa del Mundo en Sun Valley. Su medalla de plata en el Super-G rompe récords, acalla dudas y confirma que la pasión no entiende de edad.

La campeona, tras un retiro de seis años y múltiples intervenciones quirúrgicas, se subió al podio de la Copa del Mundo en Sun Valley, Idaho, al conquistar la medalla de plata en la carrera de Super-G, superando el récord previo de la austriaca Alexandra Meissnitzer.

El regreso de Vonn, marcado por un período de 2.565 días de preparación, ha causado asombro y admiración en el mundo del deporte.

(Foto: Agence Zoom)

Desde que anunció su vuelta a la alta competición tras someterse a una cirugía de reemplazo total de rodilla en noviembre de 2024, la esquiadora se ha enfrentado a la incredulidad de muchos que afirmaban que su mejor etapa había quedado atrás.

Sin embargo, con una actuación que fue todo menos discreta, Vonn demostró que la edad es sólo un número cuando se combina pasión, sacrificio y experiencia.

La carrera de Sun Valley fue un escenario perfecto para la “chica del regreso”. Mientras surcaba la exigente pista del circuito Challenger Super-G, Vonn hizo vibrar a los aficionados.

En cada curva, en cada salto, la veterana esquiadora parecía reescribir las reglas del esquí decompetición.

Al cruzar la meta en 1:13.64, sin necesidad de consultar el marcador, la ovación del público fue ensordecedora.

Emocionada, la leyenda levantó sus bastones en señal de triunfo y, más tarde, no pudo contener las lágrimas al recibir el reconocimiento que tanto había anhelado.

Vonn, que debutó en la Copa del Mundo a los 16 años y cuenta con 82 victorias y 137 podios en su carrera, ha debido superar innumerables desafíos.

Entre ellos, las secuelas de múltiples lesiones de rodilla, incluyendo al menos nueve cirugías, que parecían amenazar con su futuro en las pistas.

No obstante, su retorno es una respuesta contundente a quienes dudaron de su capacidad. “Ha sido una temporada dura de gente que decía que no podía, que era demasiado vieja, pero aquí estoy para demostrar lo contrario”, afirmó Lindsey en declaraciones a The Guardian, dejando en claro que la resiliencia y el trabajo duro son su mejor arma.

El reconocimiento no solo le ha venido en forma de medallas, sino en el mensaje que transmite: nunca es tarde para soñar y luchar por la excelencia.

Con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Invierno 2026, la esquiadora se prepara para volver a brillar en la pista y, quizá, culminar una carrera que ha sido testigo de altibajos, sacrificios y, sobre todo, de una pasión inmortal por el esquí.

Desde los comentarios entusiastas de sus seguidores en redes sociales hasta el apoyo incondicional de compañeros y figuras emblemáticas del esquí, el regreso de la leyenda se ha convertido en uno de los episodios más emocionantes y simbólicos de esta temporada.

Foto: Facebook Lindsey Vonn, Agence Zoom)

Su historia es la de una mujer que se reinventa, que se levanta tras cada caída y que, con cada carrera, reafirma que la pasión y la perseverancia son las claves para dejar una huella imborrable en el mundo del deporte.