Se calcula que en toda Europa viven unos 15.000 ejemplares de osos. Un millar de ellos habitan en Eslovaquia. No es de extrañar, pues que, en sus bosques, pueden darse encuentros entre humanos y osos.

 

 

Esto fue precisamente lo que ocurrió a principios de abril en una ruta de senderismo en la zona Ďumbier, dentro de la cordillera boscosa de los Bajos Tatras, cuando un grupo de visitantes dio de comer a un ejemplar de oso pardo para tomarse una selfie junto a él.

 

 

 

Las imágenes fueron grabadas por un esquiador, Albert Kristof, que poco antes ya había registrado otro video donde hace gestos con los palos para conseguir ahuyentar al animal.

 

Tras el incidente, la Administración del Parque Nacional de los Bajos Tatras de Eslovaquia ha emitido una advertencia contra un oso que, dice, ha perdido su timidez y su curiosidad y amenaza a los turistas en el camino de montaña entre Trangoška y Ďumbier.

 

 

"Pedimos a todos los turistas que no utilicen la ruta turística de Trangoška hasta nuevo aviso. El oso que se encuentra aquí ha perdido por completo su timidez debido a que les alimentan tanto los turistas como los dueños de las cabañas, por lo que puede representar una amenaza”, indican en un comunicado.

 

El Equipo de Intervención ŠOP SR para el Oso Pardo en cooperación con la Administración NAPANT y otras entidades, ha tomado cartas para intentar resolver el asunto sin dañar al ejemplar.