Felipe VI ha regresado este sábado a las pistas de Aramón Formigal-Panticosa, donde ha disfrutado de una jornada privada de esquí en compañía del presidente ejecutivo del grupo, Antonio Gericó. Se trata de la cuarta vez que el monarca elige esta estación del Valle de Tena, confirmando así su vínculo con el Pirineo aragonés como destino de referencia para la práctica del esquí.

 

La visita se produce solo dos semanas después de que el jefe del Estado también decidiera esquiar en Valdelinares, otra de las estaciones del holding aragonés, reforzando con ello la visibilidad de un sector que representa un 7 % del PIB de Aragón y que es clave en la economía de los valles de montaña.

Aunque se trata de un desplazamiento estrictamente privado, la presencia del Rey pone de nuevo en valor el papel del turismo de nieve como motor económico, generador de empleo y elemento estratégico para el desarrollo del territorio. El año pasado, además del esquí, Felipe VI disfrutó también de la oferta gastronómica de Formigal-Panticosa, uno de los ejes en la estrategia de diversificación del grupo.

El Grupo Aramón gestiona cinco estaciones de esquí en Aragón y concentra una parte importante de la actividad turística de invierno en el Pirineo, además de contar con proyectos ligados a la desestacionalización y el turismo deportivo.