En la Península pocas estaciones de esquí, si es que hay alguna, permiten esquiar a dos mil metros de altitud con vistas al mar y disfrutar de un “sube y baja” en un solo día.
Esto es posible únicamente en Vallter 2000, en la comarca gerundense del Ripollès, donde, hace medio siglo, un visionario panadero y pastelero decidió, por iniciativa propia y con gran valentía, construir una estación de esquí.
Logotipos de Vallter a lo largo de la historia.
Este viernes, 17 de enero de 2025, se celebran —o ya se habrán celebrado, dependiendo de cuándo lean estas líneas— los cincuenta años desde la inauguración de la primera pista y el primer remonte de Vallter 2000, hoy en día gestionada por Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC).
La historia de Vallter está marcada por una obsesión, tal como refleja el título del libro Vallter 1975-2025: Crònica d’una dèria, escrito a cuatro manos por Ivan Sanz Tusell y Jordi Surinyach i Romans, y publicado recientemente por Cossetània.
Esa obsesión era la de Josep Pujol Aulí (1933-2005), de quien todos los que lo conocieron coinciden en destacar que, desde muy joven, se había fijado un objetivo claro: “hacer posible una estación de esquí en la Vall de Camprodon”.
Jordi Pujol Planella y Josep Pujol Aulí (col·lección particular familia Pujol-Planella).
Hijo del fundador de Galetes Pujol y gran aficionado al esquí, Josep Pujol solía afirmar que esquiaba todos los meses del año.
La cronología de la historia de Vallter, ampliamente detallada en Vallter 1975-2025: Crònica d’una dèria, puede resumirse, a grandes rasgos, de la siguiente manera:
Antecedentes y década de los 70
- 16 de febrero de 1966: La Vanguardia publica una noticia sobre las posibilidades de unas pistas de esquí en la Vall de Camprodon. El artículo anuncia la existencia de proyectos avanzados que podrían ser una realidad en un plazo breve.
- Abril de 1967: Se propone el nombre de Vallter 2000 para la futura estación de esquí.
Primer dibujo del proyecto de remontes en Vallter.
- 3 de noviembre de 1968: Se constituye Vallter 2000 como sociedad anónima ante el notario Victorio Magariños Blanco, con un capital social de 450.000 pesetas, dividido en acciones de 1.000 pesetas cada una, y domicilio social en Camprodon.
- 1970: Se convoca un concurso público para otorgar la concesión de 443 hectáreas en Ulldeter y el círculo de Morens, destinadas a la creación de una estación deportiva de montaña.
- 5 de septiembre de 1970: La compañía Vallter SA obtiene la concesión por un canon anual de 25.000 pesetas, con la obligación de aportar 500.000 pesetas para las obras de la carretera de acceso.
- Agosto de 1974: Comienzan los trabajos de construcción de la carretera de acceso a la estación.
Midiendo los espesores de nieve en Morens.
- Diciembre de 1974: Se instala el primer telesquí, llamado Morens I.
- 17 de enero de 1975: Vallter 2000 abre al público por primera vez. Los servicios iniciales se prestan desde una casita de hierro utilizada como almacén, garaje, restaurante y oficina.
- Febrero de 1975: Se instala el telesquí Barquins I, ofreciendo tres pistas a distintos niveles.
Trabajos de instalación del telesquí del Barquins.
- Temporada 1975-1976: Se inauguran dos telesquís adicionales (Morens II y Barquins II) y el edificio del restaurante y oficinas, con su característico tejado piramidal.
- Diciembre de 1977: Se inaugura el telesquí de la Chimenea, alcanzando los 2.600 metros, convirtiéndose en uno de los más altos del Pirineo.
1979: Se inaugura el primer telesilla en la pista "El Xalet", la más larga y con mayor desnivel de la estación.
Estreno del telesquí del Barquins.
Década de 1980
Años marcados por dificultades económicas, pero con mejoras progresivas:
- Diciembre de 1982: Se asfalta la carretera entre Setcases y la base del telesilla Enric Planella.
- Enero de 1983: Se inaugura el refugio Pastuira, el primero de nueve módulos planeados para urbanizar la base.
Los profesores de la escuela de esquí en la zona de Xemeneia durante la décade de los 80. (Foto: Joan Busquets).
- Mayo de 1984: Se instala el primer cañón de nieve del Estado español en la pista "El Xalet".
- Temporada 1985-1986: Una nevada tardía causa retrasos, pero la estación logra abrir tras limpiar la carretera durante 33 horas.
Década de 1990: Entre alegrías y resignaciones
- Noviembre de 1989: Se invierte en la primera red de producción de nieve de baja presión del Estado español y se inaugura la pista Jordi Pujol.
- Enero de 1991: Se construye un nuevo edificio de servicios.
- 1991-1992: Se inaugura el telesilla Jordi Pujol y se innivan nuevas áreas.
- Temporada 1992-1993: Se inicia la construcción de la cafetería Les Marmotes a 2.535 metros, con vistas al golfo de Roses.
Panoràmica de la zona alta de Vallter desde el telesilla Jordi Pujol (Foto: IST).
- 1995-1996: Una temporada excepcional en nieve causa avalanchas que dañan instalaciones y obliga al cierre el 1 de junio.
- Diciembre de 1999: Se instala un sistema de innivación de alta presión en la pista "El Xalet".
Siglo XXI: Dificultades y rescate
- 2000-2005: La estación realiza mejoras menores y se moderniza su imagen y servicios.
- 24 de abril de 2005: Fallece el fundador, Josep Pujol Aulí, dejando la gestión en manos de la constructora Serra-Camós.
- Diciembre de 2005: Se inaugura la pista Puig dels Lladres y la segunda planta del edificio de servicios.
- 2006-2008: Las dificultades económicas y temporadas adversas marcan un período difícil.
Mapa actual de pistas.
- Finales de 2012: El Gobierno catalán rescata la estación a través del Grupo FGC.
- Temporada 2013-2014: Vallter mejora su sistema de innivación y diversifica sus actividades.
- Noviembre de 2013: Se instala la primera webcam de TV3 en la estación.
- Enero de 2016: Se inaugura una webcam con vistas al Mediterráneo, única en el Pirineo.
Presente optimista
Y llegamos al día de hoy, cuando se cumplen 50 años de Vallter, una estación que se ha convertido en un importante motor económico de la comarca del Ripollès.
Durante la temporada de invierno, Vallter representa entre el 18 % y el 20 % del PIB comarcal, y cerca del 10 % del total anual. La estación recibe alrededor de 50.000 visitantes cada año.
En un invierno excepcional, puede llegar a registrar hasta 85.000 días de esquí vendidos, mientras que en las peores temporadas esta cifra desciende a unos 25.000 forfaits. La media anual se sitúa entre 40.000 y 45.000 días de esquí. Además, por cada euro que ingresa la estación, tres repercuten directamente en el territorio.
La estación da empleo directo a unas 150 personas, entre contratos fijos y discontinuos. Aunque pueda parecer una cifra modesta, su impacto es crucial en este valle del Ter, donde los municipios de Camprodon, Setcases y Vilallonga de Ter suman, en conjunto, menos de 3.000 habitantes.
Enric Serra, actual director de Vallter 2000.
Enric Serra, director de la estación, tiene muy claras estas cifras y destaca que Vallter es una estación familiar cuya esencia no ha cambiado en estos cincuenta años, ni debería hacerlo en el futuro.
Según él, “te acabas conociendo con el personal de remontes, con los monitores e incluso con los empleados de taquillas y del bar-restaurante”.
Sobre el perfil del esquiador de Vallter, Serra explica: “Es aquel que llegó de muy joven a Vallter, con sus padres o con la escuela, y posiblemente la seguirá visitando hasta los 16 o 17 años. Después, este esquiador se pierde porque busca otros alicientes, pero lo recuperamos cuando tiene pareja o hijos”.
El mensaje para los próximos cincuenta años es claro: “El objetivo debe ser otros cincuenta años más. Nacimos, crecimos y nos consolidamos como una estación más del Pirineo. Hemos pasado dificultades, pero nos hemos recuperado. Nos hemos rescatado y ahora estamos en una buena línea. Tenemos muy claro quiénes somos y hacia dónde debemos ir. No soñamos con cosas inalcanzables ni aspiramos a lo que no nos corresponde. Nos estamos adaptando a los cambios de la sociedad, que son muchos. Cada vez más gente sube a la montaña, pero no todos vienen a esquiar”, reflexiona Serra en Vallter 1975-2025: Crònica d’una dèria.
Además, Serra recuerda que, tal como ya reflejaba visionariamente el primer logotipo de 1974, Vallter ha sido, desde sus orígenes, una estación de montaña.
Futuro: Vallter 365
Precisamente, por ahí pasa el futuro, hacia un modelo más diversificado, y Vallter 365 refleja perfectamente esta dirección: transformar las estaciones en centros de montaña capaces de generar actividad y rentabilidad durante todo el año, no solo en invierno.
El proyecto Vallter 365 busca convertir esta estación pirenaica, ubicada en el Ripollès, en un destino integral de deporte y ocio que pueda mantenerse activo los 365 días del año.
Entre las propuestas más destacadas para los próximos años está la construcción de un nuevo telecabina que conectaría la cota 1.500, en Setcases, con la cota 2.535, en la zona de las Marmotes, con una parada intermedia en la cota 2.000, el actual centro de operaciones de la estación.
El proyecto incluye, además, la construcción de un aparcamiento renovado y un edificio de servicios en la cota 1500, eliminando los actuales seis aparcamientos dispersos situados a unos 2.000 metros de altitud.
También está prevista la creación de un mirador panorámico a 2.535 metros, con vistas espectaculares a la Costa Brava (ya en marcha), así como el desmontaje de remontes antiguos que han quedado obsoletos.
El coste estimado de las actuaciones asciende a unos 35 millones de euros, de los cuales 15 millones se destinarán a la sustitución de dos remontes que ya han llegado al final de su vida útil.
El nuevo telecabina se convertirá en el único medio de acceso a la estación, lo que permitirá eliminar el tráfico de vehículos por el Parc Natural de les Capçaleres del Ter i Freser.
La carretera actual, que a menudo se colapsa en invierno, se convertirá en una vía de servicio y un camino habilitado para bicicletas y BTT.
Según datos de FGC, estas medidas permitirían reducir las emisiones de CO2 en 1,3 millones de kilos anuales.
En definitiva, "debemos ser una estación de montaña adaptada al futuro, sostenible y digitalizada. Pequeña, pero moderna. Y debemos garantizar que, durante los próximos cincuenta años, sigamos siendo una opción de futuro laboral para los jóvenes del Ripollès y del valle de Camprodon", concluye el director de Vallter 2000.