Adiós al esfuerzo en las subidas para practicar esquí de montaña. Esta modalidad, en auge desde la pandemia y que debutará como disciplina olímpica en los Juegos de Invierno de Milán-Cortina 2026, está a punto de transformarse gracias a la innovación tecnológica.

 

 

El sistema, que se presenta oficialmente en enero durante el CES de Las Vegas, incorpora un motor sin engranajes, una batería de litio de 220 Wh y una banda de rodadura de caucho, similar a la de las motos de nieve, todo integrado en los esquís.

 

 

 

 

Equipado con sensores avanzados y una unidad inercial -un sensor especifico con una gran capacidad para medir los datos asociados al movimiento de una persona-, el sistema activa los motores de forma automática según la posición y el ángulo del esquí, potenciando el esfuerzo humano.

 

Durante la demostración en una pista de hielo de Las Vegas, Colombo destacó la autonomía de hasta tres horas y la facilidad para desmontar los componentes eléctricos al llegar a la cima. "En menos de un minuto puedes guardar el sistema en tu mochila y disfrutar del descenso con la libertad de unos esquís tradicionales", añadió.  

 

La idea detrás de E-Skimo surgió de una necesidad personal de Colombo. "Quería que mis amigos disfrutaran conmigo de las subidas en esquí de montañas, pero muchos se sentían agotados antes de empezar el descenso", explicó. Ahora, su invención busca democratizar el esquí de montaña y hacerlo más inclusivo.  

 

 

El sistema E-Skimo incorpora una batería de litio de 220 Wh, capaz de ofrecer hasta tres horas de autonomía, aunque su duración puede variar según las condiciones de la nieve y otros factores.

 

Con E-Skimo, el esquí de montaña da un salto hacia el futuro, convirtiendo el esfuerzo de las subidas en una experiencia cómoda, sin perder la esencia y magia de los descensos. ¿Estamos ante el comienzo de una nueva era en los deportes de montaña?