Rossignol cierra su histórica fábrica Dynastar en Francia y refuerza la planta catalana de Artés

Sallanches pierde su fábrica de esquís tras más de seis décadas de actividad
Rossignol reestructura su red industrial y anuncia el cierre definitivo de la fábrica Dynastar en Sallanches (Alta Saboya), una instalación emblemática de la industria francesa del esquí. El grupo trasladará parte de la producción a su sede central en Isère y a la planta de Artés, en Catalunya, que gana peso estratégico.
El grupo Rossignol ha anunciado el cierre definitivo de su fábrica Dynastar en Sallanches (Alta Saboya, Francia), una de las últimas grandes instalaciones dedicadas a la fabricación de esquís en el país. La planta, operativa desde 1963, cesará su actividad a mediados de agosto como parte de un plan de reorganización industrial que busca reforzar la competitividad del grupo en un mercado global cada vez más exigente.
Reestructuración productiva hacia España y Francia
Parque de esquís preparado para test. (Foto: Patricia Rey)
Rossignol trasladará parte de su producción a su sede central en Saint-Jean-de-Moirans (Isère) y a la planta de Artés (Catalunya), donde ya se fabrican modelos junior desde finales de 2024. La fábrica catalana, equipada con sistemas de energía renovable, se consolida así como una pieza clave en el nuevo esquema industrial del grupo. En paralelo, la empresa invertirá 1,5 millones de euros en su centro de Isère para reforzar el desarrollo y la fabricación de esquís de competición.
La dirección argumenta que el sitio de Sallanches no ha logrado recuperar su rentabilidad a pesar de las múltiples iniciativas llevadas a cabo en los últimos años: desde inversiones tecnológicas hasta relocalización parcial, mejoras de eficiencia y recortes de plantilla. La erosión de la productividad y los costes energéticos y de materias primas, junto con la presión del mercado, han acabado por determinar el cierre.
Impacto humano: trabajadores entre la tristeza y la resignación
Empleados de la fábrica de Sallanches. (Foto: Patricia Rey)
El anuncio ha dejado en estado de shock a los 57 trabajadores afectados. “El ánimo está por los suelos, estoy en shock como todos”, expresó Davy Thibault, operario de producción. Aunque algunos sospechaban un desenlace complicado tras los despidos iniciados a comienzos de 2025, el cierre ha llegado antes de lo esperado. Olivier Durand, jefe de taller con más de tres décadas en la fábrica, confesó: “Esta noticia me ha quitado el sueño. Me duele más por los compañeros jóvenes que por mí, que me jubilo en un año”.
Más allá del golpe personal, los empleados temen por su futuro profesional, ya que la fábrica de Sallanches era la última gran planta en Francia que fabricaba esquís en cantidad. “Es demasiado pronto para pensar en buscar trabajo. Vamos a intentar seguir trabajando con normalidad hasta el final”, decía Thibault.
Reacciones institucionales ante el cierre de la planta
Desde el ámbito político, las críticas no se han hecho esperar. El diputado Xavier Roseren calificó de “brutal” la decisión del grupo Rossignol, alegando que la planta había “renovado beneficios desde 2022”. “¿Por qué cerrar una fábrica que gana dinero?”, cuestionó, calificando el cierre como “incomprensible”. Por su parte, Georges Morand, alcalde de Sallanches, recordó que ya en 2020 se advirtió sobre la situación al Estado, y lamentó no haber sido escuchado. Ese año se recortó a la mitad la plantilla, y en 2021 la región Auvernia-Ródano-Alpes destinó 1,2 millones de euros para mantener la actividad, sin éxito.
Rossignol ha manifestado su intención de entablar un diálogo social con los representantes del personal y de implementar medidas de acompañamiento personalizadas para los trabajadores afectados.
La fabrica de Artés (Barcelona) recibirá parte de la producción
Fabricación de esquís en la fabrica de Artés. En 2022 cumplió 50 años.
La producción se redistribuirá entre dos enclaves estratégicos: la sede de Saint-Jean-de-Moirans (Isère), que recibirá una inversión de 1,5 millones de euros para reforzar el desarrollo y fabricación de esquís de competición, y la fábrica de Artés (comarca del Bages en Catalunya), que ya fabrica modelos junior y cuenta con modernas instalaciones energéticas basadas en renovables.
El presidente del grupo, Vincent Wauters, ha asegurado que Rossignol mantiene un fuerte compromiso con la región francesa donde nació la marca, pero subraya la necesidad de adaptarse a un entorno competitivo exigente para seguir liderando el sector del esquí y la innovación.