Sábado, 6 de la mañana: suena el despertador y te preguntas porqué diablos si no hay que currar. Tras los primeros segundos de confusión haces memoria y recuerdas que este finde toca nieve. Se te pone una sonrisa en la cara, te levantas, comes algo rápido y te vas al coche. A veces me pregunto si existe otra cosa en el mundo por la que tanta gente se despierte por propia voluntad tan temprano y no reciba dinero al hacerlo. Pues bien, la estación se encuentra a unas dos horas de camino, de ahí lo de las 6 de la mañana.