El Pirineo muestra un paisaje cubierto de blanco, en cotas por encima de los 2.000 metros, inusual en esta época del año en la que, en condiciones normales, buena parte de la nieve invernal de las cumbres ya se ha derretido. Sin embargo, en estos momentos el lado español de esta cordillera, la que vierte a ríos de la cuenca del Ebro, mantiene una reserva de nieve récord: 1.064 hectómetros cúbicos de agua en copos, que suman espesores abundantes en las zonas más altas.