El día amaneció de la mejor manera posible: con un sol radiante que ya anunciaba que se podía esperar un sábado de récord. A las nueve de la mañana, los stands de la organización empezaron a recibir a los esquiadores y snowboarders y a repartirles sus petos, la pinza de control y el mapa. 

 

Este último, como siempre, uno de los mejores aliados de todos los participantes para diseñar la mejor estrategia a la hora de afrontar las pruebas.

 

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Unas becas que van dirigidas a fomentar el estudio, con ayudas económicas para los jóvenes de estos tres municipios de la comarca de la Cerdanya. La finalidad de estas becas es ayudar a las familias de estos jóvenes a sufragar el coste de los estudios de ciclos de grado medio o superior y estudios universitarios de grado. A la vez que sirve para compensar el sobrecoste que tienen a menudo los estudiantes de estos municipios del Pirineo que han de estudiar lejos de su comarca.