El negocio de la nieve es muy fluctuante y depende de muchos factores difíciles de controlar. Aunque las estaciones, por medio de artefactos como nieve artificial u ofertas para no esquiadores, intentan ampliar sus mercados para convertirse en un sector económicamente más seguro, la gran competencia existente y el pequeño bajón o estancamiento que está viviendo el sector, está haciendo necesaria la aparición de nuevas ideas y ofertas.