Según un estudio de ATUDEM (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña) el esquiador mayoritario en España tiene un nivel intermedio y no acude con mucha asiduidad a esquiar. Esto plantea a menudo dudas entre las ventajas e inconvenientes de alquilar o comprar el material de esquí. Para contestar a ello nos podemos hacer 5 preguntas fundamentales:

 

 

 

 

 

Preguntarnos con qué frecuencia esquiamos. La gran mayoría acude a esquiar de forma moderada. El alquiler estaría más que justificado para aquellas personas que esquían entre 2-4 veces por temporada. Y se aconseja la compra de material para aquellas personas que esquían de forma más asidua entre 15 a 20 días por temporada.

 

 

 

 

 

El nivel de esquí es una variante a tener en cuenta a la hora de comprar o alquilar el material. Alquilar el material es una muy buena opción para aquellas personas que se inician en el esquí, ya que no saben si continuaran con su práctica y además les permite probar distintos materiales. En cambio, para un esquiador más experto la compra de material y utilizar el mismo material les permite mejorar su técnica.

 

 

 

 

 

Es una pregunta muy importante para tomar esta decisión, especialmente en edades tempranas. Los niños crecen año a año, y precisan llevar el material adaptado a su altura y peso. El alquilar el material, incluso por temporada entera, nos permite tener unos esquís o botas ajustados a su edad y altura. Además, cada año estrenaran esquís nuevos. Y esto ayuda y mucho a progresar más rápidamente. Una vez ya han estabilizado su altura y su nivel, ya les podemos comprar un material propio. 

 

 

 

 

 

Como llegamos hasta la estación de esquí. Es importante valorar como se realizan los desplazamientos hacia la estación. En caso de hacerlo en coche deberemos tener los complementos necesarios para transportarlos con seguridad. Si por el contrario el acceso es en transporte público la posibilidad de desgaste es elevada, ya que no los tratan ni los colocan en las mejores condiciones.

 

 

 

 

 

Normalmente los deportes de invierno son estacionales, es decir durante buena parte del año el material debe estar bien almacenado hasta la siguiente temporada. En caso de adquirir el material esto requiere un lugar adecuado, con temperaturas constantes, oscuro y seco. Además, en material se debe de mantener, o uno lo hace personalmente con herramientas o tendremos que pasar por un taller de material al menos una vez al año. Con el alquiler nos olvidamos de todo ello.