La nieve: el lado oscuro
La nieve: el lado oscuro
Capítulo cuarto, La nieve: el lado oscuro
Ya conocemos de los capítulos anteriores la nieve como en su estado de elemento y la nieve en su conjunto. Hemos indagado algo en las diferentes propiedades y aportado detalles interesantes. Ahora que sabemos lo básico podemos afrontar uno de los temas más importantes para el deportista de invierno “la amenaza de la nieve”. Es un tema amplísimo y enormemente estudiado así que aquí nos limitaremos a hace un pequeño resumen de los conceptos más importantes.
En pendientes de más de 30 grados (por regla general) es donde la nieve puede convertirse en nuestra enemiga. Una pista negra suele rondar los 30º (no confundir con un 30%, recordad que 100% corresponde a 45º) por lo que si te mantienes en la estación no debes preocuparte en exceso por el riesgo de avalancha, a no ser que ésta se produzca fuera de pista pero después la alcance.
La pista Harakiri (Mayrhofen-Austria) considerada la más empinada de Europa y quizá del mundo con un 78% (unos 35º) de desnivel. (http://www.snowskool.com)
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Un factor importante para la aparición de aludes es la unión de los cristales de nieve. Si estos están poco unidos entre sí se habla de una capa débil que puede generar una avalancha. Se necesitan varias capas en el manto de nieve para que se produzca una avalancha y cuanto más se diferencien unas capas de otras, mayor será el riesgo ya que unas capas se deslizarán sobre otras con mayor facilidad. Aunque también se puede dar el caso de que el manto completo (en algunos caso una única capa) se deslice sobre el suelo. Pero esto suele suceder en nevadas tempranas cuando el suelo no está aún congelado y por tanto la nieve en contacto con él se derrite más fácilmente (produciéndose el mismo efecto lubricante que el que hace que tus esquís se deslicen).
Deslizamiento del manto completo (http://lawinenwarndienst.blogspot.de)
De forma general: si no hay capas no hay avalanchas. A parte de esto, las diferentes capas deben tener diferentes propiedades, dadas por las condiciones habidas cuando esa nieve se precipitó. Sobre todo la capa superficial cambia constantemente, lo que es de suma importancia ya que será el suelo en el que se apoyará la siguiente capa. Cuanto más se diferencien unas capas de otras, más débil será el manto y por tanto más propenso a los aludes. Estas diferencias entre capas no se observan sólo de forma vertical (del suelo a la superficie) si no también de forma horizontal a lo largo del terreno, ya que no en todos lados nieva, da el sol o sopla el viento por igual. Un terreno en el que el manto cambie mucho de forma horizontal es por el contrario poco propenso a avalanchas. Pero esto es por desgracia difícil de ver a simple vista.
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Lo explicado anteriormente son las condiciones para que un alud sea posible, pero a parte de esto se necesita un “disparador” para que la avalancha realmente ocurra. Estos disparadores pueden ser naturales como una nueva nevada, el calentamiento por el sol, etc. Pero el mejor desencadenante son los esquiadores o deportistas de invierno en general (por no hablar de los que se desencadenan con explosivos). Éstos cargan el manto de forma rápida y fuerte rompiendo así las uniones entre los cristales. No en vano más del 90% de las víctimas son deportistas que se aventuran por terrenos sin asegurar.
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¿Cómo puede un esquiador de 70 Kg de peso desencadenar una avalancha que pesa toneladas? Esto es debido a que una pequeña degradación del terreno puede producir un efecto catastrófico en efecto dominó. De hecho las dimensiones medias de una avalancha ocasionada por un esquiador son de 50 metros de ancho, 70 metros de largo y 50 centímetros de profundidad.
Avalancha ocasionada por un esquiador (http://www.wayneflannavalancheblog.com)
Hay un montón de tipos de avalanchas que dependen de como se desencadenen y del estado de la nieve. La velocidad del alud también varía: cuanto más seca esté la nieve, más rápido será éste. Una avalancha de nieve polvo puede llegar a coger los 200 kmh y generar nubes de polvo de hasta 100 metros de altura. Si la nieve está húmeda sin embargo, la avalancha será mucho más lenta, lo que por otro lado no significa que sea menos peligrosa, ya que pesa más (a igual volumen) y puede ocasionar grandes daños.
Avalancha nieve polvo con nube (http://powdercanada.com)
Avalancha nieve húmeda (http://avalanche.state.co.us)
Debido a todas las variables que entran en juego, hoy en día es imposible predecir avalanchas con un mínimo margen de error. Sin embargo se puede indicar la probabilidad de que una avalancha ocurra en una zona dada. Cuando se considera suficientemente probable se cortan carreteras o se cierran estaciones de esquí. Por esto es muy importante la evaluación del terreno (a poder ser con gente local) in situ y la lectura de los partes de avalanchas de la región para el día en cuestión. Recuerda que en unas horas puede cambiar la situación de forma radical.
Riesgo de avalanchas y bloqueo de carreteras (http://www.kleinezeitung.at)
Un bosque puede raramente detener una gran avalancha, por lo que la mayoría de los bosques desaparecen cuando se ven sorprendidos por una. Por esta razón se pueden identificar zonas de alta frecuencia de avalanchas observando la vegetación: zonas con pocos árboles y signos de destrucción indican aludes recientes, si además se ven mayoritariamente árboles jóvenes en la zona es muy posible que haya habido aludes frecuentes que no hayan dejado crecer a los árboles y zonas muy pobladas de árboles indicarán por el contrario la ausencia de estos fenómenos. Recuerda que que se haya producido una avalancha no significa ni mucho menos que ese terreno esté libre de que se produzca otra.
Ladera sin árboles tras alud (Wikipedia)
Un dato histórico curioso es que las primeras anotaciones sobre avalanchas catastróficas se remontan al año 218 a.C. cuando el escritor Livius redactó la crónica de la tragedia que le costó a Hanibal perder 18000 de sus hombres y 2000 de sus caballos al cruzar los Alpes. La mayoría de las catástrofes históricas se han producido en movimientos de tropas, como pasó en los Dolomitas en la Primera Guerra Mundial. Lo que me lleva a este reportaje de lugaresdenieve.
El estudio de las avalanchas es importantísimo en zonas montañosas, ya que son difíciles de predecir y pueden suponer el bloqueo de rutas de comercio o el aislamiento de pueblos, estaciones de esquí o otro tipo de asentamientos, con lo que eso conlleva para la gente afectada. Para la mayoría de nosotros (como esquiadores nos supongo) el desconocimiento de la nieve supone algo más que quedarnos encerrados, ya que sobrevivir a una avalancha no es nada fácil, sobre todo si no vas con el equipo apropiado. Por esto, y en este magnífico reportaje lo podéis ver, os recuerdo el material que se considera necesario para esquiar fuera de pista: mochila ABS, sonda, pala y ARVA.
Equipo necesario contra avalanchas (Nolispanmo (Wikimedia))
Conoced la nieve antes de adentraros en terrenos “salvajes” y sobre todo respetadla si queréis que ella os respete a vosotros.
Basado en el libro: "Schnee" del WSL Institut für Schnee und Lawinenforschung SLF en Davos (Suiza) ISBN-10: 386312054X
En el próximo capítulo hablaremos sobre la nieve artificial.
Capítulos de la serie:
- La nieve: ese mágico elemento
- La nieve: del copo al manto
- La nieve: el manto níveo
- La nieve: el lado oscuro
- La nieve: ¿y si se acaba?
- La nieve: consecuencias climática
- La nieve: récords de nieve (Apéndice)
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