La estación más grande del sur de Europa, con unas cifras más propias de un dominio esquiable de los Alpes que del Pirineo, ha escalado esta temporada una posición en el ranking internacional de días de esquí y se sitúa por primera vez en el Top 15 entre más de 2.500 estaciones de todo el mundo.
Y es que si un amante del esquí se pone a mirar al detalle los números de la macro estación andorrana no puede más que esbozar una sonrisa de oreja a oreja: 210 kilómetros esquiables (1.926 hectáreas), 71 instalaciones con un funicamp, 4 telecabinas, 28 telesillas de última generación, 23 telesquís y remontes para los más pequeños y principiantes: 9 cintas transportadoras y 6 telecuerdas.
Si al margen de los medios de elevación tenemos en cuenta las pistas, la sensación de estar en una gran estación de los Alpes todavía es más acusada: un total de 127 pistas para todos los niveles y un desnivel de 930 metros (2.640 m -1.710 m), con cuatro estadios de competición, 3 áreas de freestyle, sectores de freeride, circuitos de esquí de montaña y 5 áreas infantiles tematizadas.
La búsqueda de la excelencia es una de las constantes de Grandvalira, con la renovación de algunas de las infraestructuras (una capacidad de transporte de 111.478 esquiadores por hora), la puesta en marcha de nuevos cañones de última tecnología (más del 65 % de la superficie del dominio) y el acondicionamiento de nuevas pistas.
Se trata, sin lugar a dudas, de un dominio que se reinventa año tras año, y para muestra un botón: la instalación de un nuevo telesquí con percha de ancla en el sector Grau Roig (zona Llac de Cubil).
También en el capítulo de gastronomía la estación, que cuenta con más de 60 puntos de restauración, introduce nuevos conceptos gastronómicos dirigidos a todo tipo de públicos, entre los que se incluyen familias, parejas o grupos de amigos, entre otros.
En Grandvalira, la innovación y la tradición se dan de la mano. Más allá del esquí, el gran dominio andorrano se convierte cada temporada en un gran espacio único en los Pirineos, en el que
se puede disfrutar de experiencias diferentes e irrepetibles, dignas de recordar toda la vida y con un gran abanico de plazas turísticas donde elegir, como el
hotel de lujo Andorra. Desde excursiones con raquetas por los parajes más salvajes del dominio, hasta largos paseos en trineos tirados por perros, pasando por trepidantes carreras en motos de nieve; la estación andorrana pone a disposición de sus clientes un abanico inigualable de actividades ideales para disfrutarlas solo, en pareja, con amigos o en familia.
Si una cosa ofrece Grandvalira al visitante son múltiples actividades para recuperar fuerzas tras una intensa jornada de esquí. Podemos disfrutar de un chocolate caliente a pie de pistas, un paseo por las tiendas especializadas en deportes o una reconfortante sesión de masajes y aguas termales en un balneario o en un Hotel con Spa.