Consejos, trucos y alicientes para esquiar entre la niebla
Tres esquiadores se adentran en un bosque nevado con niebla (Foto: Ivan Sanz).
Puede que a algunos les pueda sorprender un artículo como este, sobre la niebla, sobre todo si tenemos en cuenta que hace semanas y semanas que vivimos y esquiamos bajo la influencia de un anticiclón persistente. O sea, que de niebla poca (en las montañas).
Pero precisamente por eso, porque llevamos muchos días esperando para publicarlo, y no vemos el momento oportuno, ha llegado la hora de presentarlo. No sea que de tanto esperar al final la temporada se acabe y no hayamos tenido la oportunidad de presentarlo.
Día de niebla en la estación de Port del Comte (Foto: Archivo IST).
A todos nos ha pasado. Hemos empezado el día esquiando con unas condiciones más o menos óptimas de visibilidad pero, en pocos minutos, nos hemos encontrado atrapados esquiando dentro una nube que apenas nos deja ver más allá de los 15 metros. Y la situación es muy diferente a si nos atrapa en cotas bajas y en un entorno boscoso, o a que nos rodee en una cota alta dentro de un entorno de blanco omnipresente, sin bosque, sin relieves, sin nada que nos pueda orientar. Tampoco es lo mismo que nos atrape en nuestra estación habitual o a que nos atrape en una estación desconocida.
Así pues, ¿Cómo hay qué esquiar cuando hay niebla? ¿O se hace más aconsejable pararnos y esperar a que se levante el día? ¿Qué hacer en caso de perdernos por pistas descubiertas de bosque y sin referencias?
Hemos intentado buscar respuesta a estas cuestiones. Os damos algunas pautas de comportamiento ante la niebla que, en determinadas ocasiones, nos pueden ser útiles. También os damos algunas razones para continuar esquiando, a pesar de la niebla, y para disfrutar del esquí entre esas nubes bajas pegadas a la montaña. Sí, sí, lo habéis entendido bien, para disfrutar del esquí entre la niebla. ¿Vamos?
Día de niebla en la estación de Superbagnères (Foto: Archivo IST).
Atrapados por sorpresa en la niebla
Si lo que nos apremia es salir lo antes posible de la niebla, tenemos estas opciones.
1 • Buscamos pistas de cota baja y en medio del bosque
Lo prioritario, si todavía estamos a tiempo y la visibilidad es más o menos aceptable, es bajar de cota y buscar pistas entre bosque. Esto nos ayudará a sentirnos seguros y al mismo tiempo a esquiar mejor y no marearnos, efecto y causa que pasa a muchos esquiadores cuando esquían entre la niebla.
2 • Cañones de nieve, paravientos y balizas
Si nos encontramos en pistas altas, con un manto blanco omnipresente y nos atrapa la niebla, podemos dar por hecho que pasaremos un mal rato. La sensación de equilibrio nos abandona y en su lugar nos ocupa una extraña sensación de flotación, pérdida de la gravedad y desorientación. Intentaremos acercarnos al lateral de la pista y tomar como referencia los posibles cañones de nieve (normalmente encontraremos uno cada 30 o 40 m), los paravientos o alternativamente las balizas que marcan el nivel de dificultad de una pista.
3 • Atentos al paso de otros esquiadores, pisteros o profesores de esquí
En caso de situación "crítica", con niebla densa y encontrarnos muy desorientados. Si no nos conocemos bien la estación o estamos esquiando en una que no tenemos bien interiorizada bajo nuestro casco, entonces procuraremos estar atentos a los demás usuarios de las pistas. Quizás conocerán bien la estación y nos pueden ayudar a volver a la base. Ahora bien, en un día en que esquía poca gente, o estamos en un sector poco frecuentado, entonces habrá que tener paciencia. En caso de duda no debemos asumir el riesgo de salir de la pista y adentrarnos en zonas desconocidas. Es mejor que nos paremos. Nos esperamos un rato, la que haga falta, la que sea necesaria: tarde o temprano pasará algún otro esquiador o algún pistero de la estación. Evitar aventurarse.
Día de niebla en la estación de Gourette (Foto: Archivo IST).
Consejos para subir a esquiar en días de niebla
Esquiar con niebla también puede tener sus alicientes. Os explicamos algunos que pueden ayudaros a optimizar vuestro forfait en lugar de renunciar a continuar esquiando.
1 • Momento de utilizar unas buenas máscaras
Las máscaras con lentes amarillas permiten contrastar un poco mejor el entorno. Es el momento de cambiarlas o bien comprarlas si no tenemos. Que la niebla no nos impida esquiar y disfrutar de nuestro día en pistas.
2 • Ropa y equipos de colores vivos
Como en el tráfico de vehículos, con niebla hazte ver. Siempre será mejor lucir equipos de colores vivos, tales como amarillos, verdes, rojos, naranjas o azules eléctricos. Ayudaremos a los otros usuarios, amigos, pareja o familia a que nos puedan ver fácilmente.
3 · Mapa de pistas en el bolsillo
No será el caso si nos conocemos bien la estación, pero sí lo será en el caso de que sea la primera vez que esquiamos en un nuevo centro invernal para nosotros. Si es nuestra primera visita a una estación, y hay niebla, no olvidemos llevar encima un mapa de pistas. Nos puede ir muy bien para orientarnos en qué punto, cota y pista de la estación nos encontramos una vez nos adentramos en las nubes. También nos ayudará a situar las posibles zonas conflictivas, como barrancos, ríos o bosques y áreas fuera pista que nos alejan del perímetro de seguridad de la estación.
Otra opción es, si tenemos cobertura de teléfono, situarnos en lugar con la ayuda del GPS de nuestro terminal. Posiblemente la estación de esquí tiene una app que, una vez descargada, nos permitirá ubicarnos sobre su mapa de pistas y saber con precisión dónde nos encontramos exactamente. No olvidemos subir a pistas con el teléfono cargado de batería y, muy aconsejable con niebla o sin, disponer de una batería suplementaria.
Día de niebla en la estación de Superbagnères (Foto: Archivo IST).
Alicientes para disfrutar del esquí entre niebla
Quizás muchos de vosotros no lo sabéis, pero hay bastantes esquiadores de competición que, entre otros ejercicios para mantenerse en forma y buena técnica, esquían con los ojos tapados. Esto les sirve para mejorar orientación, confianza, reflejos y reconstruir los giros con los esquís. Pues bien, sin necesidad de hacer lo mismo que practican ellos, pero con un margen mayor que nos permitirá la niebla. Eso sí, os aconsejamos hacerlo con estas pautas:
1 • Un esquí de sensaciones
El esquí dentro de la niebla es, sobre todo, un esquí de sensaciones. Podemos disfrutar de nuevas percepciones en los esquís y, a la vez, sentirnos relativamente seguros y divertirnos a pesar hacerlo en un contexto difícil. Lo haremos haciendo bajar nuestra posición, o sea, forzamos a bajar nuestro centro de gravedad y atentos a la flexión más baja, constante y tensa de nuestras rodillas.
2 • Esquí más lento y de giros cortos
Como si estuviéramos en un slalom virtual. Esquiaremos haciendo un control absoluto de la velocidad, así que no queda más remedio que deslizarse con giros cortos. No es el mejor día para esquiar a altas velocidades ni para carvear.
Y finalmente, lo que no haremos nunca en caso de niebla
Lo que no haremos nunca
1 • Nunca, bajo ningún concepto, si nos hemos perdido y no somos capaces de encontrar una pista que nos lleve a una zona segura, seguiremos trazas solitarias de otros esquiadores.
Y ahora, qué ¿Te animas a subir a pistas aunque se presente un día de niebla espesa?
Se ve que a pesar de la nieble, optamos por bajar por la Tétras...(Foto: Archivo IST).
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