Lun, 14/12/2020 - 19:01
La guía de consejos de la firma francesa Decathlon para disfrutar en familia de la nieve esta temporada sin pasar frío.
Reportaje patrocinado
Llega el invierno y con él muchas familias quieren ir a la nieve. Compartir con los más pequeños de la casa sus primeros contactos con ese universo blanco que tanto les atrae, ayudarles a calzarse sus esquís; ver cómo se deslizan en trineo, hacer un muñeco de nieve y terminar con una guerra de bolas resulta una experiencia única.
De los primeros contactos con la nieve y las primeras sensaciones de deslizamiento dependerá que quieran iniciarse en el esquí, en el snowboard, que disfruten con raquetas o incluso disfrutar de alguna experiencia de mushing y dejarse llevar por esos huskies que tiran de trineos. Las oportunidades que les abre la nieve son muchas. Si les gusta, pronto serán ellos mismos los que digan que quieren aprender y, más pronto que tarde, la nieve pasará a ser una pasión y una alegría en sus vida y, como consecuencia, también de toda la familia.
Foto: Decathlon.
Pero, si queremos que los más pequeños disfruten en la nieve, hay algunos factores a tener en cuenta que son imprescindibles para que no se estropee la diversión.
Planificar bien una esquiada en familia, empieza por decidir cómo vamos a equipar a los "más peques" para que no pasen frío. Una primera clave: piensa en tí, en cómo lo harías para no pasar frío tu y aplica casi lo mismo, pero teniendo en cuenta "un poco más". Contempla todas las posibilidades: ¿está empezando y puede pasar mucho rato "de culo" en la nieve?; ¿ya ha hecho sus primeros pinitos y su forma de esquí es bastante estable?; o ya lleva unas cuantas temporadas esquiando y no hay quién le siga... Cada caso es un mundo, pero los consejos básicos son para todos los "jovencitos".
La ropa de esquí no suele ser barata, teniendo en cuenta además que los niños crecen muy rápido, pero aun así, es importante que la ropa que lleven sea de calidad para que no se queden helados.
Como si fuéramos una cebolla, lo importante es ir por capas y saber para qué sirve cada una de ellas y cómo ayuda a nuestro cuerpo a resguardarse bien del frío sin llegar a sudar.
En los deportes que se practican en la montaña, normalmente se utiliza el sistema de 3 capas. Desde el interior y hacia fuera hay una primera que está en contacto con la piel, una segunda situada en medio y una tercera, que es la más externa y la que entra en contacto directo con el frío, la lluvia o, ¿cómo no?, la nieve.
Empezaremos por la parte interior.
Capa 1
Foto: Decathlon.
La primera capa es la que va pegada al cuerpo y que se conoce como capa transpirable. Se llama así porque su objetivo es garantizar que el cuerpo "respire".
Esta primera capa debe ser de tejidos sintéticos (poliéster o poliamida), que permitirán evacuar el sudor hacia el exterior, manteniéndote el cuerpo seco y consiguiendo que se mantenga caliente. Es lo que popularmente llamamos prendas “térmicas” y las hay tanto para la parte superior del cuerpo como para las piernas.
Olvídate de camisetas de algodón, ya que estas se empaparán con tu sudor y te darán frío.
En el mercado podrás encontrar muchos tipos de capa 1:
Más transpirables, con materiales como el polipropileno y sin aporte de calor, pensadas para deportes como el running, donde necesitas mucha más transpiración.
Transpirables y con un aporte de calor medio.
Transpirables con aporte de calor extra, que te permiten guardar más calor de tu cuerpo, con componentes como la lana o la lana merino -no pica y es muy suave al tacto-. Estas son las más adecuadas para la nieve.
Capa 2
Foto: Decathlon.
La siguiente capa es la conocida como capa 2 o intermedia. Esta nos dará el calor necesario para la actividad, algo imprescindible ya que un cuerpo frío tiene más posibilidades de lesión. Por tanto, "calentar" es importante.
También es básico que esta segunda capa sea transpirable. Es decir, de fibras sintéticas que nos permitan seguir evacuando todo el calor y humedad que genera el cuerpo activo.
Por ello, de nuevo, se desaconseja una prenda tipo sudadera de algodón, ya que ese tipo de tejido puede empaparse y transmitirnos frío (incluso sin sudar, el algodón absorbe el frío).
Si el peque es friolero/a, lo mejor es optar por una capa 2 que sea de plumas o de guata. Esto ayudará a conseguir un plus de calor.
Como ves, hay opciones de cualquier tipo. ¡Incluso un polar te puede servir como capa 2!
Capa 3
Foto: Decathlon.
La última capa, la más exterior, tiene que ser impermeable y cortaviento, ya que es la que está más en contacto con los elementos.
Más que mantener el calor, su función será impedir que penetre el frío, el viento, el agua o la nieve.
Las chaquetas y pantalones que están diseñados para los deportes de nieve suelen llevar, además, un aporte de calor que permite usar, especialmente la chaqueta, en condiciones de temperatura negativas. Hay muchos tipos de chaqueta:
Con y sin faldón de nieve.
Con capucha y sin capucha.
Con cremalleras de ventilación
Con las costuras termoselladas…
Tranquilo/a... ¡No te asustes! Busca una buena relación calidad precio con una permeabilidad media. No hace falta buscar la máxima sofisticación en membrana impermeable y transpirable, ya que su precio será mayor.
Ten en cuenta que el pantalón también tiene que ser impermeable o acabarás con tus nalgas mojadas en la primera caída. (No te preocupes, es normal cuando aprendemos).
Para los más pequeños, hasta más o menos los 6 años, una gran opción para esta tercera capa es el Mono. Este tipo de prenda proporciona una mayor calidez y es totalmente ajustable para un mayor confort.
Pies, manos y cabeza…. Las extremidades
Foto: Decathlon.
Al margen del cuerpo, cuando vamos a la nieve, y más "los peques", es imprescindible una buena protección de las extremidades: pies, manos y cabeza.
Para los pies es muy importante que el calcetín que elijas sea un calcetín hasta la rodilla, ya que, de otra forma, uno corto puede crearte rozaduras y ampollas por el contacto con la bota de esquí.
Hay calcetines con un gran aporte de calor, con un alto porcentaje de lana, gran adaptabilidad y confort gracias a su elasticidad y suavidad.
Por encima de los calcetines, para los más, más peques, unas botas impermeables y cálidas -con relleno-, sin cordones, que faciliten la autonomía a la hora de ponerlas y quitarlas y que no es necesario que tengan pie derecho ni izquierdo.A medida que van creciendo, el tema cambia. Las botas ya tienen que ser botas, botas y ahí lo que es imprescindible es la comodidad y la seguridad. Por tanto, es importante elegir bien la talla. Cuando vas a comprarlas, encuentras medidores muy precisos y la talla no tiene que ser un problema. La comodidad ya es otra cosa. Cuando vamos a comprarlas, hay que probarlas bien. Intentar ponerse en posición de esquí y ver dónde nos está ejerciendo más o menos presión y, en todo caso, si molesta. Todo ello sin olvidar que los pies tienen que ir "bien asegurados" y que la mobilidad dentro de la bota es la mínima. Por tanto: equilibrio entre que aprieten demasiado o que vayan muy holgadas. La buena elección tiene que ser tranquila y así se evitarán rozaduras, ampollas e incluso lesiones innecesarias.
Foto: Decathlon.
Estos consejos son los mismos para aquellos que practiquen esquí o snowboard. Cada modalidad exige un tip propio de botas, pero las claves de la elección son las mismas.
En las manos, guantes impermeables. Aquí no hay otra opción. La nieve se tocará seguro y está claro que moja.
Si quieres un extra de calor puedes hacerte con unos guantes interiores finos, de seda o similar, o con una manopla que siempre aporta más calor que un guante. En este caso, igual que con el resto del cuerpo, estaríamos cubriéndonos por capas.
Las manoplas serían a las manos lo que el mono al cuerpo para los “peques”, ya que además de ser calientes se ajustan con facilidad y se colocan rápidamente en las manos.
En la cabeza no te olvides de dos cosas: el casco y las gafas.
Foto: Decathlon.
El casco te protegerá de los golpes sean como sean: fortuitos, con los bastones, el telesilla, las ramas de los árboles cercanos... Y las gafas te protegerán los ojos de los rayos UV del sol (aunque esté nublado, los rayos UV siguen ahí).
Tienes a tu disposición cascos de todo tipo (incluso con las gafas incorporadas) y gafas de nieve, mal llamadas gafas de ventisca, que te valdrán para mal tiempo nublado o soleado o para buen tiempo (incluso encontrarás gafas que se oscurecen solas, para que no tengas que cambiarlas si el tiempo varía durante la jornada.)
Antes de terminar con los consejos, algo absolutamente imprescindible: que no se te olvide darte crema solar en los lugares que quedan visibles (cara, cuello, nariz, labios).
Foto: Decathlon.
Esquiando o practicando snowboard no te darás cuenta de que te estás quemando hasta que llegues a tu apartamento, hotel o regreses a tu casa y veas tu piel de cangrejo y tus labios agrietados.
Hacer deporte es una forma ideal para transmitir valores a los más pequeños y enseñarles que las buenas prácticas deportivas ayudan a mejorar su calidad de vida. Si a ello le sumamos un deporte al aire libre, en medio de la naturaleza, como es el esquí o el snowboard, les estamos dando a conocer una gran opción para disfrutar en familia.
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