Los hechos ocurrieron cuando un grupo de sanitarios del estado de Oregón volvía de vacunar en la zona rural de Cave Junction y se dirigía a Grants Pass, una localidad situada a unos 48 kilómetros. El trayecto dura normalmente unos 44 minutos por la autopista 199, tiempo suficiente para transportar las vacunas contra el coronavirus descongeladas sin que se deterioren.

 

Pero este martes, el accidente de un remolque en la carretera a causa de la tormenta de nieve que estaba cayendo, complicó el viaje. La vía estaba colapsada y los conductores pasaron horas sin poder avanzar.

 

Los sanitarios sabían que solo tenían seis horas para suministrar las dosis restantes a las personas que esperaban en Grants Pass, pero que no llegarían a tiempo.

 

 

“Una vez que supimos que las vacunas no llegarían, la elección fue obvia”, dijo a los medios Mike Weber, director de salud pública del condado de Josephine.

 

Tomaron la caja donde transportaban las 6 vacunas que aún tenían y empezaron a caminar abriéndose paso entre los coches. Preguntaban a cada vehículo si había personas dispuestas a vacunarse allí mismo.

 

El escenario era muy particular, en el arcén de una carretera enterrada de nieve, pero la presencia de un médico y de un vehículo sanitario equipado garantizaba que la vacuna se pusiera con toda seguridad.

 

“Encontramos una persona que estaba tan feliz que se quitó la camisa y saltó del auto”, explico Weber.

 

La mayoría de los conductores se rieron de la oferta de uno vacuna contra el coronavirus en la carretera, pero “encontramos una persona que estaba tan feliz que se quitó la camisa y saltó del auto”, explico Weber.

 

 

Uno de los que la recibieron era una de las personas que debía vacunar a Cave Junction, el ayudante del sheriff del condado de Josephine, pero que llegó tarde a la vacunación y que también estaba atrapado bajo la nieve. El azar hizo posible que finalmente no perdiera su dosis de vacuna.