Parece que el país helvético está empezando a buscar posibles soluciones al problema que se viene viendo venir desde hace unos años y que amenaza con dejar a Los Alpes sin glaciares.
 

 

 

Aparte del atentado a la belleza que esto supondría, la desaparición de los glaciares es una preocupación enorme en Suiza por otros motivos. Los glaciares son una fuente de agua casi inagotable (se calcula que sólo el glaciar Aletsch podría dar un litro de agua al día a la población mundial durante 6 años) lo que supone un recurso de alto valor en caso de catástrofe nuclear o ambiental de algún tipo.

 

Además, el derretimiento veraniego de los glaciares mueve las turbinas de muchas centrales eléctricas del país, lo que en los últimos días está siendo tema de debate por los referéndums que se están haciendo sobre si la energía se debe producir nacionalmente o ser importada del extranjero.

 

 

 

Con todo esto, un plan que parece estar cogiendo fuerza en los últimos días es la generación de nieve artificial para contrarrestar la perdida de volumen de estos gigantes de hielo durante los cada vez más calurosos veranos.

 

Otro proyecto a nivel global parece querer utilizar bombas movidas por energía eólica para distribuir agua en invierno sobre las capas de hielo oceánico aumentando así el grosor de éste y reduciendo así el ritmo de deshielo anual.

Suiza ha querido copiar esta idea a escala nacional aumentando el volumen glaciar mediante la generación de nieve artificial durante el invierno. Que además bastaría con ser generada en cierta parte de cada glaciar y no en su conjunto. La primera fase del proyecto pretende probarlo sobre un glaciar artificial, y si tiene éxito, esperan conseguir la aprobación para la instalación de 4000 máquinas que generen nieve artificial sobre el glaciar Morteratsch.

 

 

Si la evolución del calentamiento global acaba siendo como se pronostica, la perdida de la mayoría de los glaciares alpinos será una realidad a corto plazo o medio plazo. La desaparición de estos gigantes puede generar además efectos secundarios como el corrimiento de tierras que ya está teniendo lugar en la región de Aletsch, el mayor glaciar de Los Alpes.

 

Al proyecto no le falta controversia. Se abren un millón de preguntas políticas, económicas y éticas que cada lector deberá responder como más le guste. De cualquier manera, el problema del deshielo está ahí y ésta parece ser una posible solución si todo se nos va definitivamente de las manos.

 

Fuente Smithsonian