La fortuna le ha jugado una mala pasada al ciclista Steven Kruijswijk mientras participaba en la decimonovena etapa del Giro de Italia. El corredor, hasta el momento líder de la carrera por su regularidad en las cerca de tres semanas que llevaban rodando, no quiso quedarse descolgado en el ataque que iniciaban Chaves y Nibali en la cima del Colle Dell’Agnello (2.744m) y la falta de visibilidad, los nervios y el cansancio provocaron que perdiera el control de su bicicleta y se estampara contra la nieve que quedaba acumulada a ambos lados de la carretera.

 

 

El incidente, la bicicleta daba una espectacular voltereta, dañaba ligeramente al corredor holandés del Lotto NL que, con el codo ensangrentado, el costado magullado y hecho un manojo de nervios, se lanzaba en pos de sus rivales a falta de 50 km de meta pero problemas en el manillar y la rueda a causa del golpe, hacían perder a Kruijswijk un tiempo que iba a resultar vital a la postre y ceder la Maglia Rosa a Chavez que se colocaba a un minuto y cinco segundos por delante. Antes de la caída, el colombiano, segundo en la clasificación, se encontraba a 3 minutos del líder. A estas alturas del Giro, una distancia muy difícil de superar. 

 

Esta etapa, con salida en Pinerolo y llegada a la estación francesa de Risoul resultó por lo demás, muy accidentada. El ruso Ilnur Zakarin, quinto de la General, se salía de la carretera y se fracturaba la clavícula, por lo que tuvo que adiós definitivamente al Giro. A veces, la montaña nos pone las cosas un poco más difíciles de lo que pensamos. Ánimo.