Un joven que practicaba esquí de montaña fue encontrado muerto a 2.300 m sobre el nivel del mar en el macizo del Mont-Blanc, el domingo 5 de abril, por la Gendarmería de Alta Montaña Pelotón (PGHM) de Chamonix, a pesar de la prohibición de toda actividad en las montañas a causa de la pandemia por el COVID-19.
La información la ha dado a conocer la propia gendarmería a través de su portal GENDinfo. Fueron los soldados del Chamonix PGHM quienes lo descubrieron en las pronunciadas laderas ubicadas a lo largo de la línea de ferrocarril que conduce al refugio Nid d'Aigle. Un lugar particularmente nevado y peligroso, testigo de numerosos accidentes fatales.
La alerta a los servicios de emergencia la dio un vecino el domingo al mediodía al ver que el joven no estaba en su casa y no había tampoco sus esquís. Según los preliminares de la investigación, este joven Saboyano, nativo de la estación de Les Houches, se había embarcado solo en esta escalada, el sábado por la mañana, desde su área de esquí, y estaba avanzando hacia el refugio Goûter, a 3.800 m.
“El accidente probablemente tuvo lugar el sábado y cayó 300 metros", explica el teniente coronel Stéphane Bozon, comandante del Chamonix PGHM. Un error técnico que no se puede perdonar, especialmente en este entorno tan particular.
Ese mismo día, a pesar del decreto del 23 de marzo que prohíbe el movimiento de cualquier persona fuera de su hogar, con la excepción de algunos debidamente justificados, los gendarmes también tuvieron que intervenir para rescatar a un joven de 27 años, que fue encontrado varado durante una caminata en las cercanías de la comuna de Mercury, donde había ido en automóvil.
Dos días más tarde, el 25 de marzo, el prefecto de Alta Saboya emitió una orden "prohibiendo la asistencia y las actividades de montaña como parte de la lucha contra el coronavirus". Dicho texto prohíbe "todos los viajes en las montañas dentro de un radio de más de 100 metros de elevación sobre el lugar de confinamiento" hasta el 15 de abril.
Desde hace 21 días, los gendarmes de la PGHM han aumentado sus patrullas para garantizar el cumplimiento del decreto que prohíbe los viajes. "Organizamos cuatro al día, diversificando nuestros modos de acción", dice el jefe de escuadrón André-Vianney Espinasse, asistente del comandante de la PGHM.
Estas misiones de vigilancia no escapan a ninguna zona: "También controlamos, en apoyo de la sección aérea de la gendarmería de Chamonix, los refugios para verificar que no haya nadie", dijo el oficial.
A pesar de algunos irreductibles, los gendarmes admiten que el encierro es "generalmente muy respetado" y reconocen "el verdadero esfuerzo de solidaridad de la población".
Prueba de ello es que “por lo general, durante este período, realizamos entre 3 y 4 operaciones de rescate por día. Desde el confinamiento, hemos contado de 1 a 2 rescatadores en una semana”, dice el jefe de escuadrón.