¿Por qué el salto de esquí más caro del mundo no es utilizado por ningún esquiador?
Los saltos millonarios de Zhangjiakou no encuentran utilidad más allá de unos pocos días de competición. (Foto: www.olympiccities.org)
Mar, 17/12/2024 - 10:20
Abandonado y vacío, el salto de esquí de Zhangjiakou, que costó 100 millones de euros, languidece dos años después de los Juegos Olímpicos de Beijing como un símbolo del fracaso en sostenibilidad.
El imponente salto de esquí de Zhangjiakou, una de las instalaciones estrella de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, languidece en el abandono y el silencio dos años después de su construcción.
Considerada la pista de saltos de esquí más cara del mundo, con un coste estimado de 100 millones de euros, su desolador estado refleja una vez más la falta de sostenibilidad de las grandes inversiones olímpicas.
Desde la conclusión de los Juegos, Zhangjiakou ha permanecido prácticamente vacío. Stefan Horngacher, seleccionador alemán de saltos de esquí, lo dejó claro en su momento: "Está demasiado lejos y hace demasiado frío". Razones que han llevado a la Copa del Mundo masculina a evitar China desde 2022.
Las competiciones femeninas sí volvieron el pasado fin de semana, aunque con resultados desalentadores: gradas vacías, temperaturas heladas y una organización muy por debajo de los estándares internacionales.
La saltadora alemana Katharina Schmid, plata en Beijing 2022, expresó su incredulidad ante la situación: "Me gusta la pista, pero… ¿para qué tantas expectativas si nadie viene?". Sus palabras resumen el sentir de muchos deportistas y expertos, que observan cómo instalaciones millonarias no encuentran utilidad más allá de unos pocos días de competición.
El caso de Zhangjiakou no es aislado. La provincia de Hebei, en el norte de China, recibió una inversión de 5.000 millones de euros para albergar deportes nórdicos y biatlón, pero, desde los Juegos, apenas ha acogido competiciones.
Situación similar se vive en Yanqing, donde otros 2.000 millones se destinaron a levantar un canal de hielo y pistas de esquí alpino que ahora también permanecen inactivos.
La falta de eventos de primer nivel y los problemas logísticos han hecho que estas sedes olímpicas se conviertan en lo que muchos llaman "elefantes blancos", instalaciones costosas sin uso posterior.
De hecho, de las once instalaciones olímpicas de salto construidas en los últimos 40 años, "solo Lillehammer (1994)" ha logrado mantener una actividad deportiva relevante.
Mientras tanto, las autoridades chinas insisten en una versión optimista. La agencia estatal Xinhua proclamaba recientemente el éxito de los Juegos al afirmar que "300 millones de chinos ya practican deportes de invierno" gracias al evento.
Sin embargo, esa cifra contrasta con la realidad: instalaciones como el salto de esquí de Zhangjiakou y el canal de hielo de Yanqing no son aptas para un uso recreativo, limitando cualquier posible aprovechamiento a competiciones puntuales que no llegan.
Algunos expertos han sugerido posibles soluciones para revitalizar estas instalaciones, como organizar una gira conjunta entre las sedes olímpicas asiáticas: "Sapporo (Japón, 1972)", "Pyeongchang (Corea del Sur, 2018)" y "Pekín (2022)". Pero la falta de voluntad política y económica hace que esta idea parezca más una utopía que una solución realista.
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