Finalmente cuatro años después se adjudicó en nuevo proyecto, se hizo la adjudicación el pasado mes de abril por un montante de 10 millones de euros, las empresas Casli y Copsesa, decidieron empezar la casa por el tejado, y se pusieron a construir los pequeños pantanos de captación del agua. Aunque parece que aún no poseían los permisos pertinentes.

 

 

Según el artículo publicado por el Diario Montañés la Confederación Hidrográfica del Ebro apremió a la empresa pública Cantur a suspender las obras debido a que carecían de la autorización pertinente. Habría sido la denuncia de un agente fluvial la que informó a la CHE de que se estaban realizando "multitud de obras no autorizadas",  especialmente las relacionadas con la construcción de una balsa de 85.000 metros cúbicos. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), es el organismo regulador de las aguas de esta cuenca y el responsable de conceder los permisos de obras.

El diario cántabro publica que en estos momentos las empresas adjudicatarias se dedican a realizar trabajos menores, como excavación de las zanjas para le paso de los tubos de los cañones y otras obras menores, a la espera de la autorización para continuar la obra de las balsas. 

 

La notificación de la paralización de las obras está fechada el 16 de junio, con el gobierno regional anterior aún en funciones. Pero nadie del ejecutivo anterior consideró necesario informar a la opinión pública de unos hechos que tienen su gravedad, pues la paralización de las obras hace casi imposible cumplir con el objetivo prometido de estrenar la red de cañones de nieve la próxima temporada.