Noviembre histórico de nieve en el hemisferio norte. ¿Qué significa?
Imagen Euroasia por satélite. NOAA data
Jue, 08/12/2022 - 23:00
Este mes de noviembre la extensión de nieve en el hemisferio norte ha batido récords históricos. ¿Quiere esto decir qué el invierno será muy nivoso? os lo contamos en este artículo y repasamos la extensión de nieve y su relación con el cambio climático.
El pasado mes de noviembre ha tenido dos etapas muy diferenciadas respecto a las precipitaciones y frío, no obstante, la segunda mitad de noviembre, la meteorología propició nevadas muy abundantes en el norte de Europa y también en Estados Unidos, con temperaturas muy bajas respecto a la época del año.
Este hecho ha propiciado que se acumulara un gran grosor y extensión de nieve en el hemisferio norte, batiendo récords respecto la superficie nivosa histórica en territorio norte.
Cubierta de extensión de nieve del mes de noviembre en el hemisferio norte. Fuente: NOAA
Podemos ver en este mapa (figura superior) como todo Canadá, parte de EE. UU. Rusia al completo y parte de Europa del norte han tenido su superficie cubierta de blanco, una imagen muy destacable pensando que aún no ha llegado el invierno.
Pero para entender este hecho, no podemos caer en la creencia de que, si el otoño es más nivoso, quiere decir que el invierno también, ya que hay muchos factores (no solo el frío o la lluvia) que provocan las nevadas copiosas.
Anomalías respecto a la media de la extensión nieve en Euroasia del mes de noviembre. Fuente: NOAA
Si observamos esta gráfica (figura superior) podemos ver que hay una tendencia estos últimos años de más nieve en los meses de noviembre en el hemisferio norte respecto a la media, de hecho, los peores registros de nieve en la serie en un mes de noviembre fueron entre los años 70 y 80.
No obstante, tal como veremos en la siguiente gráfica, que un mes haya sido relativamente bueno y positivo para las nevadas, no indica que toda la época de invierno o anual sea positiva o con incrementos de nieve a lo largo de los años, de hecho, no hay cambios significativos o ninguna tendencia al alza o a la baja en el mes de diciembre.
Anomalías de extensión de nieve en Euroasia mes de diciembre. Fuente: NOAA
Como podemos observar en la figura siguiente a este parrafo, cada mes del año es un mundo y las diferencias son bastante acusadas. Pero si tenemos que englobar todos los meses de invierno y los comparamos con años anteriores, sí que se puede vislumbrar una pequeña tendencia al alza con la superficie de nieve.
Estamos hablando de un incremento de superficie muy suave, pero sí que destaca el hecho que incluso, con el incremento del CO2 en superficie y el incremento global de la temperatura, la nieve no pierde fuerza en el hemisferio norte.
Extensión de la nieve en el hemisferio norte en invierno. Fuente: NOAA
Lo que sí es reseñable, es el decrecimiento de nieve en primavera y es que, tal y como hemos dicho que cada mes es un mundo, cada estación también lo es.
En este caso, podemos deducir que, cada vez más, se tiende a tener unos inviernos relativamente más duros en el hemisferio norte. Hablamos solamente del extremo norte del planeta, y como mucho, Europa central. Todo lo que está a latitudes inferiores a 50ºN tiende más a inviernos más suaves y con menos nieve.
En cambio, las primaveras cada vez son más cortas y cálidas, por lo que las temperaturas se incrementan rápidamente o los episodios de nieve son inferiores. Podemos estar asistiendo a un cambio de dinámica estacionaria, con nevadas más intensas en otoño y menos copiosas en primavera.
Fuente: NOAA
Extensión de la nieve en el hemisferio norte en primavera. Fuente: NOAA
¿Esto significa qué las temperaturas realmente no suben?
En verdad esta afirmación no es cierta y es necesario matizar. Es verdad que la nieve se incrementa en otoño, se mantiene en invierno y disminuye en primavera, es decir, hay un poco de todo durante el año, pero que nieve más en algunas épocas del año no suprime la realidad que la temperatura global planetaria está en auge. Hay que pensarlo de esta manera, cuanto más calor, más evaporación, cuanta más evaporación más nubes, y cuantas más nubes, más precipitaciones o más intensas.
Y esto es lo que pasa, que últimamente, las nevadas son más intensas, y cuando nieva, las cantidades que caen son superiores. Pueden haber menos días de nieve, ya que las temperaturas altas muchas veces no dejan que las precipitaciones sean en estado sólido, no obstante, al ser las nevadas más intensas, compensan la cantidad de veces que nieva a lo largo del año.
Y un claro ejemplo lo tenemos en la velocidad que la nieve se funde en primavera, cuando las temperaturas empiezan a subir rápidamente y deshacen el manto nivoso; está aceleración cada vez es más acusada.
Fuente: Javier Martin Vide + Observatori Fabra (Universitat de Barcelona)
Un ejemplo del incremento de temperatura a nivel planetario lo tenemos en Barcelona, justamente en el Observatorio Fabra, unas de las estaciones meteorológicas con una serie de datos más longeva.
En esta gráfica (figura superior) podemos ver como en cien años, Barcelona ha sufrido un incremento de +1,7ºC de media, un incremento significativo y que está bastante relacionado con el incremento de temperatura planetario estos últimos 100 años.
Por otro lado, podemos ver la otra gráfica en Manua Loa (Hawai), el observatorio planetario que calcula la cantidad de CO2 que hay en la troposfera. En este gráfico podemos ver que en solo 60 años el CO2 ha incrementado hasta 100ppm, un incremento constante y que todo indica que no se frena su tendencia.
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