La alarma ha saltado en la Associació Andorrana de Monitors d’Esquí (AAME) tras conocer que a uno de sus asociados, después de diez años empleado como instructor en la misma estación, se le ha comunicado que no cuentan con sus servicios la próxima temporada porque se reducirá la plantilla de trabajadores.

 

Es la primera alarma que salta y ha puesto en alerta al gremio de instructores de esquí andorranos que piden a sus asociados que le mantengan informado para disponer de una radiografía de la profesión en el momento que se reúnan con las estaciones de esquí, como hacen cada año al inicio del invierno.

 

La AAME ya tiene clara cuál va a ser su primera demanda: pedirles que antes de ir a buscar personal fuera contraten gente de Andorra. "Hay que dar trabajo a la gente de nuestro país", dice el presidente de la entidad, Carlos Iriarte en declaraciones al diario andorrano BonDia.ad.

 

 

En un año, que se presume complicado para los monitores de esquí si no llega el volumen de turistas y escolares a los que está acostumbrado el Principado, quizás quedarán en la recámara otras reivindicaciones del gremio aún sin solución, como la mejora de las condiciones laborales, unas cuestiones que se volverán a exponer a las empresas.

 

Si la asociación constata que hay un número importante de monitores que no encuentran trabajo este invierno en las pistas de Andorra, pedirá al Gobierno que cierre las cuotas de inmigración hasta que estos profesionales que ya viven en el país tengan un empleo.

 

El presidente del gremio recuerda en el medio BonDia que desde hace varios años la asociación pide una cuota específica para los monitores de esquí. Se trata de una medida que, además de asegurar que la gente del país tiene una salida laboral en las estaciones, mejoraría los derechos laborales de los empleados.

 

 

 

Ski Andorra presentó esta semana al Gobierno la solicitud de cuotas de temporeros extracomunitarios y comunitarios, una petición que se encuentra un 30% por debajo de la del 2019.

 

La directora de la patronal, Montse Guerrero, explicó que, en función de las reservas y de los clientes, todo parece indicar que donde se hará un recorte más importante de personal será en la plantilla de servicios, como pueden ser los monitores o la restauración.

 

 

Con estos datos en la mano, la previsión de Ski Andorra es que rondará el 30% respecto de la temporada pasada también entre los monitores.