Ser monitor de esquí es, por encima de todo, una vocación. Ni el tiempo, ni la nieve, ni los años son un impedimento para subir cada día a pistas y transmitir a los demás la pasión por el esquí.

 

Enseñar a squirt es mucho más que enseñar a bajar bien; es enseñar a respetar el medio ambiente, es enseñar educación y respeto, es enseñar a disfrutar de la naturaleza… En nuestras estaciones hay casos paradigmáticos de instructores de esquí que llevan toda la vida en pistas. Nos dieron las primeras clases de pequeños, hace ya cincuenta años, y ahí siguen.

 

 

Un caso paradigmático y no único, pero sí escaso, lo encontramos en el Pirineo francés. A los 73 años, Jean-Louis Fugairon, es el instructor de esquí más antiguo de Ax 3 Domaines enseña esquí desde hace más de medio siglo, en contra desde hace 54 temporadas, y si le hablas de jubilación, aún la ve lejos, muy lejos.

 

“Empecé a esquiar muy joven, aquí, en 1956. Tenía siete años. Y si nos remontamos a esa época, puedo confirmar que habría menos esquiadores. Porque no había pisanieves, teníamos esquís grandes, estábamos helados todo el tiempo", dice Jean-Louis Fugairon. “Sólo paré en 2021, cuando hubo Covid y la estación estuvo cerrada”.

 

A lo largo de las décadas, este monitor ha visto evolucionar a la estación durante este medio siglo: “En su momento, cuando subíamos en el teleférico que había en 1956, cuando había 1.000 personas al día, los domingos, era excepcional. Ahora, somos entre 5.000 a 7.000 esquiadores durante las vacaciones".

 

 

Conocido y apreciado por todos, Jean-Louis es una figura clave en Ax 3 Domaines. “Sigue siendo un símbolo, un pilar, digamos, que está ahí desde hace mucho tiempo, que está en el origen de esta escuela de esquí desde 1976”, confirma el director de la escuela de esquí Vallées d'Ax.

 

Medio siglo enseñando a esquiar da para muchas anécdotas, la que más recuerda Jean-Louis es haber enseñado a una abuela de 80 años. “Ella nunca había esquiado cuando me dijo: hice puenting, me tiré en paracaídas, pero nunca esquié. Y al final de la semana, íbamos por pistas azules”.

 

Fiel a su puesto en pistas desde hace más de medio siglo, no forma parte de sus planes por ahora colgar los esquís: "Como suelo decir, mientras tenga piernas... puedo hablar, puedo caminar, y la alegría de enseñar es inexplicable. Me encanta enseñar".