Mikaela Shiffrin se confiesa: "no consigo olvidar la caída de Aleks (Kilde) y si sobreviviría"
A la izquiera Shiffrin con Kilde en el hospital tras el accidente que tuvo en Wengen, a la derecha.
Lun, 06/05/2024 - 12:43
La esquiadora estadounidense repasa en The Washington Post una temporada en la que ha alcanzado récords en las pistas, se ha lesionado, se ha comprometido y ha visto como su pareja, el también esquiador Aleksander Aamodt Kilde, sufría una grave accidente.
Es primavera y hace más de un mes que terminó la temporada de esquí de la Copa del Mundo. Entre los destacados de esta temporada se encuentra Mikaela Shiffrin, quien no solo ganó la última carrera del circuito, sino que también amplió su récord a 97 victorias.
También deja atrás una caída que le dañó la rodilla y le costó cinco semanas de la temporada y la oportunidad de conseguir el codiciado título general de la Copa del Mundo.
Sin embargo, más allá de las victorias en las pistas, este año ha sido muy significativo para Shiffrin por razones que van más allá del esquí competitivo.
Han pasado muchas cosas, pero hay una de la que no puede olvidarse: ese día de enero en el que estaba almorzando con su madre, su hermano y su cuñada en un restaurante austriaco, viendo por televisión la carrera de descenso masculino desde Wengen, Suiza.
Shiffrin observó la carrera de Kilde. Luego lo vio estrellarse. Los corredores en la pantalla apartaron la mirada horrorizados.
Vio llegar un helicóptero para transportarlo desde la pista. Ella se apresuró a ver cómo llegar hasta él. ¿Nueve horas de viaje? ¿Un vuelo? ¿Con una carrera por delante?
Todo eso (la ansiedad, la noche durmiendo sobre almohadas en el suelo de la habitación del hospital de Kilde) se acabó.
No podía quitárselo de encima. "Le dije a Aleks: 'Sé que parece extraño decir esto porque tú eres el que se estrelló y eres el que todavía está lidiando con las consecuencias'", dijo Shiffrin por teléfono el mes pasado. “‘Pero no hemos hablado de eso. No lo he procesado’”.
Había, y hay, mucho que procesar. El accidente de Kilde durante el angustioso descenso en Wengen fue grave y planteó dudas no sólo sobre si podría continuar su carrera y cuándo, sino también sobre si podría sobrevivir.
Este accidente desencadenó una serie de desafíos físicos y emocionales para ambos atletas, poniendo a prueba su resiliencia y determinación.
Shiffrin, en una entrevista reciente, describió el momento como "100 por ciento un accidente que puso en peligro la vida".
La pareja decidió compartir los detalles del incidente, no por morbo, sino como una manera de transmitir la seriedad del evento y los desafíos que enfrenta Kilde en su camino hacia la recuperación.
El descenso de Wengen, conocido como Lauberhorn, se encuentra entre los más desafiantes del mundo. Con 4.3 kilómetros de arriba a abajo, es la carrera más larga del calendario.
En 1991, el recorrido se cobró la vida del corredor austriaco Gernot Reinstadler, quien se estrelló en la última curva en forma de S, justo encima de la meta.
Es en esa curva en la que Kilde se accidentó aproximadamente 2 minutos y 10 segundos después de iniciar una agotadora carrera. Corría por tercer día consecutivo. Estaba un poco enfermo. Y luego …El vídeo es difícil de ver. Kilde es un esquiador poderoso. Fue reducido a un muñeco de trapo.
En el Lauberhorn, los corredores alcanzan velocidades cercanas a las 118 km/h. Kilde salió despedido contra una valla. Su esquí izquierdo se cayó y voló hacia su pierna derecha. Los cantos de los esquís de carrera son tan afilados que los bordes son hojas de cuchillo. El esquí le arrancó un trozo de la pantorrilla.
Para Kilde, el camino hacia la recuperación ha sido arduo y lleno de incertidumbre. En sus propias palabras, "estaba tan débil y todo mi cuerpo estaba trabajando tan duro para recuperarse, que mi mente simplemente llegó a un punto donde pensé: 'No sé si puedo hacer esto; No sé si podré volver a vivir del esquí'". A pesar de estas dudas iniciales, su determinación lo ha llevado a dar pasos significativos hacia la recuperación.
El apoyo mutuo entre Shiffrin y Kilde ha sido fundamental en este proceso. Shiffrin, aunque enfrentó su propia batalla con una lesión en la rodilla que la marginó durante parte de la temporada, ha sido un pilar de fortaleza para su pareja. Su compromiso reciente es un testimonio de su conexión y apoyo mutuo en tiempos de adversidad.
A medida que la temporada de esquí llega a su fin y los esquiadores se preparan para nuevos desafíos, la historia de Shiffrin y Kilde nos recuerda la importancia de la resiliencia, el apoyo y la determinación en la búsqueda de nuestros objetivos.
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