La masovería en auge en la Cerdanya: la casa caliente, la nevera llena y los esquís encerados
El cliente prototípico es el de una familia de Barcelona, con niños pequeños, que tiene una casa adosada. (Foto: Masover Cerdanya)
Vie, 14/06/2024 - 09:20
En la comarca, donde el 63% de las viviendas son segundas residencias, cuando los propietarios, en su mayoría barceloneses, llegan el viernes por la noche, cansados después de una semana de trabajo y las dos horas de coche, quieren "entrar y descansar".
La masovería (aparcería) ha existido desde que existen las propiedades. Antiguamente, consistía en un sistema de vivienda según el cual, el propietario de una finca otorgaba el derecho a vivir en su propiedad a una persona o familia a cambio de trabajar las tierras y cederle un porcentaje de la cosecha y/o del ganado.
En pleno siglo XXI, pocos quedan de aquellos antiguos guardas, pero la profesión, lejos de perderse, se está recuperando en comarcas donde abundan las segundas residencias, como la Cerdanya.
Foto: Masover Cerdanya
Aunque no exactamente con las mismas funciones que antaño: ahora los masoveros de la Cerdanya se ocupan de custodiar las llaves de los chalets, poner en marcha la calefacción para que cuando lleguen los propietarios encuentren las estancias calientes, la limpieza de las casas y colmar todas las demandas que puedan surgir.
Si durante muchos años algunas de estas funciones las hacían particulares que vivían todo el año en el pueblo, el jardinero o las propias agencias que llevaban las comunidades, las demandas pueden ser tantas y de tan diferente índole que el servicio se ha profesionalizado.
Y es que cuando los propietarios, en su mayoría de las comarcas barcelonesas, llegan el viernes por la noche a la Cerdanya, cansados después de una semana de trabajo y las dos horas de coche, quieren entrar en sus casas y descansar.
Foto: Masover Cerdanya
“Son casas que llevan como mínimo una semana cerradas, si no mucho más, y que hay que poner a punto”, nos explica Marcos Rodríguez, que tras vivir en sus propias carnes dicha experiencia, junto a su socia Isabel, montó la empresa “Masover Cerdanya” con sede en Puigcerdà.
En la actualidad, Masover Cerdanya tiene 200 clientes y el negocio va viento en popa. Cubren desde Saillagouse, en la Cerdanya francesa, hasta Bellver de Cerdanya y sus servicios se mueven entre los 9 euros (cuota básica) y los 69 euros mensuales.
Rodríguez explica que "el cliente prototípico es el de una familia con niños pequeños que tiene una casa adosada, que generalmente no está sujeta a una administración de fincas porque no tiene comunidad de vecinos".
Los servicios que se prestan pueden ir desde los más básicos (custodia de llaves y coordinación de mantenimiento) pasando por la limpieza, llenar la nevera, dejar las camas preparadas, las calefacciones en marcha, vehículos del garaje a punto, el jardín cuidado, la colada de la ropa, arreglar los pequeños desperfectos del hogar, e incluso el mantenimiento de los equipos de esquí y las bicicletas.
Foto: Masover Cerdanya
“Como tenemos las llaves de las casas vemos lo que les hace falta. Si te dejan la clave es ya una gran muestra de confianza, al final te acaban pidiendo unos productos concretos y preguntando qué tiempo hace, cómo está la nieve o si hay setas en el bosque. Se crea una relación personal como la de los antiguos masoveros”.
Trabajo, no falta -la empresa emplea directamente a 10 personas y crea muchos más puestos de trabajo indirecto-. Sobre todo, si tenemos en cuenta que en Cerdanya el 63% de las viviendas son segundas residencias, algunas de las cuales son propiedad de personas con un alto nivel adquisitivo.
Lo más visto
Te puede interesar
Publicidad