Si el fin de semana era el esquí catalán el que aseguraba haber “salvado” la campaña de esquí a pesar de la crisis del COVID-19, ahora es el esquí español en general el que hace las primeras valoraciones.

 

No en toda la Península ha nevado de manera uniforme por lo que la temporada de esquí se ha saldado de forma muy desigual en las distintas zonas de España.

 

En el ámbito de país, la que estaba destinada a ser (salvo excepciones) "una de las mejores temporadas de la década" al final cerrará con un descenso de hasta el 25% en el número de esquiadores, según las primeras estimaciones de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem).

La razón hay que buscarla en que la Semana Santa se preveía exitosa, tras las cifras de récord de visitantes que se lograron durante el puente de la Constitución y Navidades.

 

El presidente de Atudem, Jesús Ibáñez, ha dado las primeras cifras: las 34 estaciones de esquí asociadas alcanzaron los 5,67 millones de esquiadores la temporada 2018-2019 y con el cierre anticipado se han perdido entre un 20% y un 25% de afluencia.

Se da por hecho que habrá pérdidas, tanto en las estaciones de esquí -dependiendo de lo que habían facturado hasta el cierre y teniendo en cuenta que fue con la temporada muy adelantada (cierre a mediados de marzo)- como, sobre todo en las economías locales de las regiones de montaña.

 

 

Sin embargo, el mayor temor es lo que queda por venir, en verano y la próxima temporada de invierno. El presidente de Atudem advierte que las consecuencias "van a ser muy duras y habrá que ver "qué pasa con los clientes el año que viene".

 

Se teme que el cliente no disponga de liquidez y que las medidas de contención para evitar futuros contagios afecten negativamente los visitantes de fuera.

 

Las estaciones de esquí catalanas alertan: la crisis del Covid-19 afectará la próxima temporada. Más info