La falta de nieve y unas previsiones meteorológicas desfavorables están marcando una semana de Reyes complicada para las estaciones de esquí de León, San Isidro y Valle Laciana-Leitariegos.

 

Con la temporada invernal en su momento álgido, las instalaciones tiene delante un panorama crítico que amenaza tanto su operativa como la economía local.

 

 

 

Y en tanto se ha mantenido operativa lo ha hecho con muchas limitaciones. Según el último parte actualizado el 4 de enero, apenas cuenta con 2,1 kilómetros esquiables, cuatro de sus 35 pistas abiertas y cinco de 15 remontes en funcionamiento.

 

Los espesores de nieve oscilan entre los 15 y los 25 centímetros, con una calidad que se clasifica como "húmeda".

 

Los sectores como Riopinos permanecen cerrados debido a la escasez de nieve, mientras que los accesos habilitados, como Cebolledo y Requejines, dependen de una frágil capa que podría verse comprometida por las altas temperaturas y las lluvias previstas.

 

Más preocupante es la situación en Valle Laciana-Leitariegos, que permanece cerrada por completo. Andrés Fernández González, director de la estación, reconoció la gravedad del problema:  "Estamos cerrados. Dan algo de nieve, pero mucho agua, lo que dificulta enormemente las condiciones. No hay una previsión de apertura por ahora".

 

 

La falta de nieve supone un varapalo para la economía de la Montaña Leonesa, especialmente durante la semana de Reyes, tradicionalmente uno de los períodos más importantes para el turismo invernal.

 

 

La Montaña Leonesa está en alerta amarilla por rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora, lo que hace imposible garantizar la seguridad en los remontes. Esta situación se ha repetido en varias ocasiones desde mediados de diciembre, dejando en evidencia la vulnerabilidad de las estaciones a las inclemencias meteorológicas.