La empresa líder en transporte por cable, Leitner, se prepara para lanzar en 2025 una innovación que promete cambiar la forma en que nos movemos en las estaciones de esquí y, potencialmente, en las ciudades.

 

 

Imagine terminar un día de esquí, subirse a una cabina de telecabina, descender hasta la base y, en lugar de bajarse, continuar el viaje por las calles del pueblo hasta llegar a casa.

 

Este es el futuro que propone Leitner con ConnX. La tecnología intermodal desarrollada por la empresa permite que las cabinas se desacoplen del sistema de cables y se acoplen a una base con ruedas, transformándose en vehículos autónomos que circulan por las calles.

 

 

"El objetivo principal del ConnX es revolucionar la movilidad urbana conectando las cabinas de las góndolas a vehículos eléctricos autónomos," explicó un portavoz de Leitner. "Pero la aplicación de esta tecnología en las estaciones de esquí es evidente. Con neumáticos para nieve, estos vehículos pueden ofrecer transporte puerta a cumbre, redefiniendo la experiencia de esquiar."

 

En los últimos años, los teleféricos se han convertido en una solución moderna y eficiente para el transporte urbano, especialmente en áreas con topografía complicada.

 

Con el prototipo de ConnX, Leitner da un paso más allá, ofreciendo una solución híbrida que aporta una flexibilidad sin precedentes. La cabina del telecabina se desacopla en la estación y continúa su ruta en un vehículo autónomo.

 

Esto no solo facilita superar obstáculos topográficos, sino que también ofrece una solución atractiva para zonas urbanas donde un teleférico continuo no es viable.

 

El sistema ConnX podría aumentar significativamente la aceptación de los telecabinas como medio de transporte público urbano.

 

Su nombre, derivado de la palabra inglesa "connect", destaca su principal ventaja: la conexión óptima entre el sistema guiado por cable y el terrestre.

 

La combinación de estos dos medios permite una movilidad cómoda y sin transbordos, adaptándose a diversas necesidades urbanísticas y superando barreras infraestructurales como edificios o monumentos.

 

Además, al incorporar el transporte terrestre, se evitan posibles restricciones como el sobrevuelo de propiedades privadas o la perturbación de la intimidad al pasar frente a edificios residenciales.

 

La intermodalidad resultante también optimiza la eficiencia del transporte, no solo como enlace entre diferentes sistemas, sino también como conexión de último tramo para pasajeros y mercancías.

 

 

Esta comodidad eliminaría la necesidad de transbordos y reduciría el tiempo de viaje, mejorando significativamente la experiencia de los esquiadores.