Cincuenta y un años después, los pobladores de este territorio siguen atentos al Cumanday, nombre dado al volcán por los indígenas Carrapas y Quimbayas, por su actividad, ya que está a días o semanas de una posible erupción, pero no porque todavía se pueda esquiar en él.

 

 

 

 

"En la mayoría de sitios en donde se practica el esquí no se llega a esa altura (5.321 metros sobre el nivel del mar), sino a una menor. Además, la infraestructura que se había hecho en el área del Nevado se abandonó y se deterioró. Se contaba con un tipo de telesillas que salía un poco más abajo del Refugio para subir a los esquiadores hasta lo que se llamaba la segunda meseta del Nevado, con el fin de no tener que hacer el esfuerzo de caminar a esa altura tan exigente", explica al diario La Patria Juan Diego Giraldo Gómez, director operativo y socio fundador de la empresa de turismo Kumanday Adventures.

 

 

Prohibiciones y altura al margen, lo cierto es que el mayor impedimento para seguir esquiando en el Ruiz es el retroceso del glaciar. Según el Informe del estado de los glaciares colombianos 2020, del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), para la década del 2010 al 2020, la superficie glaciar colombiana se redujo en 12,5 km², es decir, un 26% en total.

 

 

 

Los datos también evidencian que ahora Colombia solo tiene una masa glaciar (Sierra Nevada El Cocuy), que supera los 10 km², y ahora cuenta con dos nevados (Santa Isabel y Tolima) de menos de 1 km², mientras que el nevado que más cobertura perdió fue El Cocuy con 3,31 km² y el de menos, el Tolima con 0,23 km².

 

 

Desde la desaparición del esquí y con el objetivo de atraer a un nuevo turismo, a lo largo de los años ha habido varias propuestas, sin éxito, para llevar al Cumanday sistemas de producción de nieve que permitan adecuar una pista para esquiar de nuevo.