Islandia es conocida por su espectacular paisaje con volcanes, géiseres, termas y campos de lava. Entre tanto hielo y fuego, existen once estaciones de esquí, la más grande de ellas Bláfjöll, ubicada a solo 30 km de Reykjavik y conectada directamente con la capital mediante autobuses.

 

 

Bláfjöll ofrece unos 15 km de pistas -iluminadas para el esquí nocturno- y 15 remontes, la mayoría de ellos telesquís, pero tiene dos telesillas dobles y un telesilla cuádruple. El nuevo telesilla es un modelo de pinza fija construido por Doppelmayr, que operará en sector sur del complejo.

 

No será el único que se instale en el país, ya que en la vecina Skálafell, mucho más pequeña y con solo 5 remontes, también tendrá un nuevo telesilla, aunque habrá que esperar a 2024. El único telesilla doble existente en Skálafell, explotada por el mismo operador que Bláfjöll, data de 1982.

 

 

Entre las novedades para este invierno, Bláfjöll también está instalando el primer sistema de producción de nieve artificial, con el que espera poder abrir antes y mejorar sus resultados, que se saldaron con 69.000 días de esquí vendidos en los 55 días que estuvo abierta durante el invierno 2021-22.