Lo mismo daba si regresabas para Madrid que para Barcelona, las dos grandes urbes. Dos ejemplos en horas punta del domingo: De Jaca a Madrid en más de siete horas. De Puigcerdà a Barcelona en más de cuatro horas.

 

Un fin de semana se juntaron todos los ingredientes necesarios para que las estaciones y sus accesos se llenaran hasta la bandera: mucha nieve en pistas, sol y buen tiempo. Las aglomeraciones en los aparcamientos y en algunas estaciones pequeñas -Vallter 2.000 tuvo que cerrar el acceso por que no cabía ni una aguja más- se tradujeron luego en las carreteras.

 

Es una situación que se repite los puentes y periodos vacacionales como Navidades, pero que se ha “normalizado” durante los fines de semana de febrero, en plena temporada alta.

 

Como ejemplos paradigmáticos valgan la C-16 -la del túnel del Cadí-. Allí un día entre semana el tramo entre Berga y Guardiola se cubre en 20 minutos en coche. Este domingo el tiempo se triplicaba si no cuadruplicaba según la hora de la tarde, hasta 30 km de caravanas el domingo pasado. Al menos aquí existe el compromiso de la Generalitat de licitar las obras del proyecto de desdoblamiento el último trimestre de 2020.

 

 

Los conductores que optaron por la Collada de Toses, ya sea por la N-152 o por la GIV-4016 -una carretera de vía estrecha en la que apenas se pueden cruzar dos coches, pero el estado del firme es bueno, y permite a los esquiadores que van y vienen a La Molina o Masella ahorrarse buena parte de la collada- tampoco hicieron mejor suerte. Además, en Ripoll se sumaban los coches procedentes de Vallter. Unas 3 horas desde La Molina a Ripoll, en plena tarde dle domingo.

 

En el otro extremo del país, la carretera de Sierra Nevada sufría una vez más un atasco particularmente exasperante. No fue una casualidad. En la estación granadina este fin de semana se consiguió el récord de esquiadores de la temporada.

 

 

En Aragón, también el Google Maps pintaba varios tramos en rojo y algunos usuarios que estuvieron de regreso de jaca hasta la capital de España tardaron nada menos que siete horas en cubrir el trayecto.

 

Los problemas también se registraron en Andorra, con colas kilométricas (la retención llegó hasta la misma Andorra la Vella) para salir del país. Se podía prever viendo los aparcamientos de los estaciones llenos.

 

Nada nuevo para los miles de esquiadores que acuden a las pistas de esquí que, ya resignados, dan por buena la jornada si han podido esquiar bien y sin hacer demasiadas colas en los remontes. Luego, el viaje de regreso se convierte en “un mal menor”.

 

La solución al problema, y cada vez son más los que así lo entienden, es marcharse pronto de las pistas, no más allá de las dos de la tarde apurando mucho. Otra posibilidad, que también han comenzado a explorar otros, es aprovechar hasta última hora en pistas -como la mayoría se han ido es cuando mejor se esquía-, hacer una merienda cena en la estación y bajar ya al anochecer. No sé cómo lo haremos si algún día condicionan todos las carreteras y nos quedamos sin hacer colas. No llego a imaginarlo...