¿Se puede convertir el esquí en una buena excusa para ir a comer con amigos o familia o en pareja a un buen restaurante en medio de una estación de esquí? Pues parece que sí.
Esta semana, el director de Grandvalira, Alfonso Torreño, explicó que hace unos años se inició un proyecto para potenciar el área de restauración en Grandvalira y que, en ese periodo, esta área ha tenido un incremento de facturación de prácticamente un 40%. Os explicamos algunos detalles que hacen reflexionar sobre este modelo de negocio en auge.
Cada vez más la restauración gana peso en las estaciones de esquí. El crecimiento de este sector y la importancia en la facturación hace que los dominios andorranos apuesten por mejorar la oferta. Y eso que inicialmente la apuesta gastronómica de las estaciones no era uno de los puntos fuertes, o al menos no justificaba la motivación para ir a esquiar. Pero los tiempos cambian y la demanda del cliente también. Este lunes se supo que el crecimiento en la facturación por este concepto ya estaría superando el de la venta de forfaits, al menos en el caso de Grandvalira. La apuesta pasa por una oferta basada en la calidad, potenciando los productos nacionales y complementándolos con materia prima muy selecta.
Restaurant y terraza del restaurant 3 Estanys de Grau-Roig (Foto: Ivan Sanz).
La apuesta de Grandvalira por la restauración está dando muy buenos resultados
Así pues la apuesta por la gastronomía parece que sale muy a cuenta. El director de Grandvalira, Alfonso Torreño, explicó el lunes a los medios de comunicación andorranos que hace unos años se inició un proyecto para potenciar el área de restauración, y que en seis años esta área ha tenido un incremento de facturación de prácticamente un 40%.
La apuesta por los servicios y productos gastronómicos en pistas tenía por objetivo, en sus inicios, dar un servicio complementario a las pistas de esquí y mejorar la experiencia del cliente. Ahora, sin embargo, en declaraciones de Torreño recogidas por ANA (Agencia de Noticias de Andorra), ha acabado resultando que "las inversiones han dado sus frutos, y es el área de negocio que más está creciendo, por encima incluso de los ingresos provenientes de los forfaits". Y un dato que demuestra la apuesta de Grandvalira por el negocio de la gastronomía: el dominio esquiable dispone de 45 puntos de restauración.
"las inversiones han dado sus frutos, y la restauración es el área de negocio que más está creciendo, por encima incluso de los ingresos provenientes de los forfaits" comenta Alfonso Torreño
La estación ha hecho énfasis en la oferta de los restaurantes que gestiona el equipo de Snow Food de Saetde, como es el Rincón de Solanelles. Carles Bisbal, responsable de Snow Food, explicó que cada vez más esquiadores optan por menús gastronómicos para terminar la jornada de esquí, y que cada vez hay un mayor porcentaje de clientes no esquiadores que suben con el Funicamp para comer en este restaurante situado en pistas. El equipo que gestiona el restaurante es especialista en ostras, ahumados y carne de vaca, y de cara al próximo año la intención es potenciar este último ingrediente potenciando los menús con carnes a la brasa.
Y una afirmación quizás un tanto atrevida, pero que puede servir para reflexionar. Según él responsable de restauración de Pas de la Casa-Grau Roig, Carles Jordi, aseguró ante los medios que "antes la gente venía a esquiar y además comía, y ahora van a comer y además esquían"...
Restaurant y terraza del restaurant 3 Estanys de Grau-Roig (Foto: Ivan Sanz).
De ANA.ad