El director general de Formiguères, Vicent Daniel, explica que "la temporada ha empezado muy, muy bien, porque el tiempo es muy bueno, hay mucha nieve, hay sol, hay gente, y todo el mundo está contento". Y añade que "la perspectiva es muy buena". "Es una oportunidad muy buena, porque tenemos muchos proyectos de ampliar el dominio, y este año nos irá muy bien", explica el máximo responsable de la estación.

 

 

Para llegar a Formiguères, en el corazón del Parque Natural Regional de los Pirineos Catalanes, bordeamos un lago de Matamale completamente helado que ya nos ofrece unas vistas espectaculares, preludio del que también podremos admirar mientras esquiamos.

 

En el aparcamiento, a primera hora, prácticamente todo son familias francesas (en Catalunya todavía todo el mundo trabaja y los niños tienen escuela). No en vano la califican como estación familiar, y no en vano tampoco la estación dispone de dos espacios infantiles y para debutantes.

 

 

Pero esto no siempre es así. Vicent Daniel explica que, de media, un 15% de su clientela procede de " Cataluña" o del resto de España. Y de hecho, en Nochevieja también esperan este porcentaje, y están muy contentos. "Porque para nosotros es un cliente muy bueno, que siempre es simpático, y queremos que siga viniendo", dice Daniel. Además, una plantilla de unos 50 empleados, entre el 10 y el 20% del personal (entre 5 y 10 personas) son catalanes.

 

Volviendo a nuestro día de esquí (el primero en que la estación ya estará abierta ininterrumpidamente todos los días de la semana), los mapas hablan claro: las 19 pistas (tres verdes, seis azules, nueve rojas y una negra) están abiertas, y los grosores acumulados en las últimas semanas también ofrecen la posibilidad de hacer unos fuera pistas sensacionales.

 

 

 

De hecho, los responsables de la estación nos cuentan que justamente ayer ocurrió algo excepcional: ni siquiera en la cota más alta de la estación soplaba una brisa de viento. Unas condiciones óptimas para una temporada que se espera también.