Las estaciones de esquí de las dos Cerdanya, Andorra y Capcir vivieron este fin de semana dos de las jornadas de máxima afluencia de la temporada. Las buenas condiciones de nieve, y especialmente la meteorología benigna del domingo, fueron un reclamo inmejorable para los esquiadores, quienes acudieron masivamente a todas las estaciones del Pirineo para practicar algún deporte de invierno. Y así lo reflejaron todos los centros de montaña luciendo los aparcamientos llenos, las pistas a rebosar de esquiadores, los restaurantes con todo reservado y los hoteles con máxima ocupación.

 

Todo ello también hizo que el domingo se tradujera en una jornada caótica cuando comenzó la operación retorno del fin de semana. Y así fue como por la tarde, a partir de las 4 de la tarde, los accesos a la boca norte Túnel del Cadí registraron largas colas de vehículos hasta el peaje que, después, una vez pasado este filtro de pago, se reproducían en la misma carretera a partir de Bagà. Y así hasta Berga, donde se inicia la autovía.

 

Así pues las colas para abandonar la Cerdanya a través del Túnel del Cadí se iniciaban en el caso de la C-16 a la altura de Baltarga. Y en el caso de la E-9 lo hacían en el cruce de esta carretera con la GIV-4036, de acceso a Urús. El tráfico era lento y pesado, en muchos momentos con los vehículos del todo parados, hasta llegar al peaje de la boca norte del Túnel, en Riu de Cerdanya.

 

A partir del peaje el tráfico recuperaba cierta normalidad hasta llegar a Bagà, donde la carretera de tres carriles -dos en dirección sur, uno en dirección norte- se convierte de nuevo en carretera bidireccional. A partir de este punto los usuarios de la carretera volvían a incorporarse a la caravana de coches que de forma especialmente lenta, a ratos también parados, ya no abandonarían hasta enlazar con el inicio de la autovía a la altura de Berga.

 

 

El caso es que el domingo, para hacer el trayecto entre Puigcerdà y el inicio de la autovía de Berga, había que invertir un promedio de 3 horas. Y no ha sido el único domingo de la temporada en que el trayecto citado se ha visto prácticamente colapsado, ya que desde mediados de enero los colapsos y las colas empiezan a ser más habituales y más prolongados en ese tramo que en otras temporadas. En condiciones normales el trayecto se hace en unos 50 minutos.