Este pasa por invertir 13,5 millones de euros en los próximos 10 años para poner al día el complejo de montaña de la Alta Ribagorça (Lleida).

 

Las prioridades son instalaciones eléctricas, remontes y los aparcamientos y se concretan en el plan de transitoriedad 2020-2030, que esta semana ha aprobado el Govern, junto con el cambio de titularidad de Boí Taüll.

 

La filosofía de FGC es parecida a la que la empresa pública aplica a la red ferroviaria, pero adaptada al complejo de montaña: inversiones recurrentes en mantenimiento para elevar la calidad del servicio, lo que incluye, en este caso, partidas de renovación en unos activos en los que apenas ha habido mejoras en los últimos ejercicios.

 

 

 

 

El objetivo a largo plazo es que el 90% de la estación se pueda innivar artificialmente, digitalizar las diferentes actividades complementarias y que la operativa sea fiable.

 

"El plan no incorpora ninguna ampliación del dominio esquiable -540 hectáreas-, ni de la oferta actual, sino que pretende asegurar que el complejo se puede abrir con garantías", explica Ricard Font, presidente de FGC, en declaraciones a Expansión.

 

Las mejoras en Boí Taüll se financiarán a través del programa que FGC tiene con la Generalitat (el actual expira en 2021; ahora debe negociarse el siguiente). A todo ello, se incluye una garantía por parte de la Generalitat de un millón de euros anual para enjugar el posible déficit en el que se pudiera incurrir.

 

Ferrocarrils pretende potenciar un complejo de montaña del que dependen alrededor de 440 puestos de trabajo, 140 de ellos, directos.

 

 

En manos del sector privado quedan, en Catalunya, Baqueira Beret, Masella y Port del Comte.