El proyecto prevé la eliminación de 61 puestos de trabajo en la planta de esquís de Sallanches (Haute-Savoie), 24 empleos en la fábrica con sede en Saint-Jean-de-Moirans (Isère) y 7 puestos de trabajo en Saint-Étienne-de-Saint-Geoirs (Isère), donde se encuentra su plataforma logística.

 

Esta "dolorosa" reducción de la plantilla en Francia, que debería producirse en 2021, estará asociada a la creación de 15 puestos de trabajo en el sector servicios desarrollados por el grupo: 9 puestos en Sallanches, 5 en Saint-Jean-de-Moirans y uno en Saint-Étienne-de-Saint-Geoirs.

 

Estas y otras medidas están destinadas a ahorrar entre 10 y 15 millones de euros al año, adaptar el aparato de producción al continuo declive del mercado mundial del esquí y mantener al grupo competitivo sin trasladar ninguna operación de fabricación fuera de Europa Occidental.

 

 

"Estamos en una situación de mercado muy tensa con clientes que siguen esquiando pero que alquilan más", dijo a la AFP Bruno Cercley, presidente del grupo, según el cual hay una entrada de pedidos un 25% menor que en 2019.

 

"Queremos proteger nuestra posición en nuestro principal mercado: el esquí. Es muy importante que unimos nuestros costes para promover un sistema industrial competitivo. También es a este precio que podremos dar a nuestras fábricas un futuro en Europa", añade.

 

El consejero delegado de Rossignol recuerda que el grupo "sigue invirtiendo cada año en Francia para mejorar su práctica industrial", a razón de "5 millones de euros", y añade que pretende hacer de la planta de Sallanches "un centro especializado, con tecnologías innovadoras".

 

Rossignol también anunció el lunes a los representantes del personal "un importante programa para reducir gastos y costos fijos", incluidos viajes, exposiciones o "costos operativos en marketing". En total, el proyecto anunciado por la dirección permitirá ahorrar "entre 10 y 15 millones de euros al año", dijo Bruno Cercley.

 

"No lo esperábamos. (...) Todos están atónitos", reaccionó este martes en las columnas de la Dauphiné Libéré Cyrille Cherpin, miembro del comité social y económico de la planta de Sallanches -que tiene 124 puestos -, evocando "una muerte lenta".

 

 

Rossignol emplea actualmente a 1.310 personas, incluidas 680 en Francia, y opera otras tres plantas industriales en Europa: en Artès (España), que también produce esquís, en Montebelluna (Italia), donde se fabrican las botas y en Nevers, donde se hacen fijaciones.

 

El grupo, propietario de las marcas de esquí Rossignol y Dynastar, ha desarrollado en los últimos años servicios textiles, de ciclismo de montaña y de estaciones de esquí como la señalización de pistas. En 2009, un plan social llevó a la eliminación de 230 puestos de trabajo.

 

Rossignol reestructuró recientemente algunas de sus actividades en el sector de la bicicleta y el outdoor. Por otro lado, ha venido desarrollando fuertemente sus operaciones de confección, que continúan disfrutando de un fuerte crecimiento.

 

En el último ejercicio financiero, que finalizó el 31 de marzo, la facturación total del grupo alcanzó los 370 millones de euros, creciendo un 4 por ciento sobre una base comparable. El negocio de equipamiento para deportes de invierno, que representó el 70 por ciento de los ingresos, aumentó un 3 por ciento. Las ventas de prendas de vestir aumentaron un 40 por ciento, representando alrededor del 20 por ciento del total.