El esquí nórdico catalán ha cerrado la temporada de invierno con un impacto económico de más de siete millones de euros. Si sólo se tienen en cuenta los ingresos y los gastos derivados de la venta de forfaits, la cifra se sitúa en 1,13 millones de euros, lo que significa que el retorno al territorio ha sido de 6,12 euros por cada euro gastado en tickets y alquiler de material.

 

"Es evidente que la apuesta hecha por la mancomunidad, los ayuntamientos y las estaciones es buena para el territorio, por el impacto económico y sobre todo para dar una oportunidad de trabajo a la población en estos pequeños valles del Pirineo. Siempre hemos dicho que las estaciones son motores de prosperidad en estos lugares. Ahora los datos presentados lo demuestran", afirmó el representante de la Mancomunidad de Municipios para la Promoción del Esquí Nórdico.

 

Estos datos, y otros, se desprenden del estudio encargado por la mancomunidad de estaciones de esquí nórdico de Catalunya gracias al millar de valoraciones recogidas previamente. El documento analiza los datos sociodemográficos y socioeconómicos de los usuarios de las estaciones de Guils, Lles, Aransa, Sant Joan de l’Erm, Tuixén-la Vansa, Virós-Vallferrera y Tavascan hasta calcular el impacto económico del conjunto de los centros invernales.

 

Este estudio fue presentado en la Seu ante los principales responsables de las estaciones de esquí nórdico, del presidente de la mancomunidad, del representante de la Generalitat para las estaciones de esquí y de diferentes técnicos y políticos de los Consejos Comarcales de la Cerdanya y el Alt Urgell. 

 

 

La procedencia mayoritaria de los visitantes del conjunto de las estaciones de esquí nórdico es la demarcación de Barcelona (60%), especialmente de las comarcas del Barcelonès, Vallès Occidental y el Bages. Por comarcas, pero, Alt Urgell es la que más visitantes aporta. 

 

En cuanto al tipo de público, cabe destacar el público familiar (45%) y el público que esquía con pareja (39%) o bien con amigos (37%). Por debajo quedan las personas que esquían solas (23%) y las que lo hacen con club deportivo (5%). 

 

Respecto a variables económicas, casi la mitad de los visiantes de las estaciones de esquí nórdico de Catalunya se alojan fuera de casa. De éstas, la mayoría afirma que dispone de una segunda residencia, aunque también se señalan otras opciones de alojamiento, como el turismo rural, los hoteles o la modalidad de caravana/furgoneta a pie de pistas. De ahí se deriva la existencia del impacto en el sector turístico comarcal del Alt Urgell, la Cerdanya y el Pallars Sobirà.

 

El gasto económico medio por persona y jornada de esquí se sitúa entre los 30 euros y los 50 euros. A pesar de que depende directamente de la procedencia, en la mayoría de casos se destaca un consumo en las instalaciones de restauración propias de las estaciones de esquí, mayoritariamente en el servicio de cafetería.

 

En cuanto a la franja de edad con más presencia en las estaciones se destaca el público de 30 a 50 años, con especial relevancia de la franja de edad de 40-49 años (38% del total). Y en cuanto al género, predominan los hombres con un 56%, frente al 44% de mujeres. Entre los canales y medios de consulta para enterarse del estado de pistas, la principal preferencia es la página web de la estación en concreto. Las redes sociales y la página web de Tot Nórdic completan el podio de los medios más consultados.

 

 

El estudio también valora los servicios y las instalaciones de cada estación y, en conjunto, se califica muy positivamente el marcado y la variedad de pistas, además de la limpieza de los accesos. Estos datos ayudan a conocer los puntos fuertes y débiles de cada estación y poder trabajar para ofrecer unos mejores servicios de cara a próximas temporadas.

 

La calidad de la atención recibida por el conjunto de estaciones de esquí nórdico es valorada con cuatro estrellas (sobre un total de cinco) y las notas medias de las estaciones oscilan entre el 7.13 y el 08:49, dejando un margen de actuaciones de mejora para cada una de ellas.