Dominik Paris consiguió ayer su primer título en una gran competición al imponerse a sus rivales en el supergigante del Mundial de Are (Suecia), prueba en la que se repartieron dos medallas de plata después de que Vincent Kriechmayr y Johan Clarey parasen el cronómetro en el mismo tiempo.

Paris ya había demostrado que estaba en un gran estado de forma cuando a finales de enero se impuso en la que está considerada -de forma oficiosa- la prueba reina del circuito de la Copa del Mundo, el descenso de Kitzbühel, donde también consiguió la tercera plaza en el supergigante. El italiano había conseguido anteriormente una medalla de plata en el descenso del mundial de Schladming (año 2013) y acumula doce victorias en la copa del mundo, pero nunca había conseguido un oro en un mundial o unos Juegos. 

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Ayer hizo un tiempo de 1:24.20, nueve centésimas más rápido que el austriaco Kriechmayr y el francés de 38 años Clarey. Ninguno de los dos había subido antes al podio en un mundial. Cuarto se clasificó el italiano Christof Innerhofer.

El campeón olímpico, el austriaco Matthias Mayer, se salió de la pista una vez completados dos tercios de la bajada, cuando marcaba el mejor tiempo intermedio. 

"Después de las victorias en Bormio y Kitzbühel, ahora llega este oro. Es realmente para mí un año mágico, este oro vale mucho. Comenzamos bien y esperamos continuar así", valoró el esquiador italiano.

Paris se convirtió en el primer italiano que gana una medalla de oro en un mundial desde la de Christof Innerhofer, cuarto ayer, consiguió el oro en esta misma especialidad en Garmisch, en 2011. Sucede en el trono al esquiador canadiense Erik Guay, vencedor del supergigante en Saint-Moritz 2017. 
 

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