Era previsible; si este invierno ha registrado nevadas récord, lo lógico es que cuando llegase el deshielo también las reservas de agua aumentarán proporcionalmente.

 

Así ha sido y algunas cuencas hidrográficas del oeste de los Estados Unidos registran caudales de agua hasta un 500 por ciento por encima de la media.

 

 

Las nevadas de este invierno, y de qué manera, están ayudando a olvidar la sequía de los últimos veranos en estados como California.

 

 

La capa de nieve alcanzó niveles sin precedentes, desde Sierra Nevada hasta las Montañas Rocosas, preparando el escenario para un período de deshielo sin precedentes.

 

 

 

En las cabeceras que abastecen al río Colorado, los niveles eran todavía notablemente altos la semana pasada, oscilando entre el 150 % y el 250 % del promedio a largo plazo.

 

 

Las regiones de baja elevación y las comunidades cercanas a una lámina de agua se encuentran entre las más vulnerables a las inundaciones y las autoridades locales y los servicios de emergencias monitorean de cerca la situación para prevenir riesgos.

 

 

Los lagos y embalses de todo el oeste han estado perdiendo agua de manera alarmante en los últimos años.

 

Un ejemplo: el lago Powell, en el sur de Utah, alcanzó su nivel más bajo registrado a mil metros sobre el nivel del mar el 11 de abril. Sin embargo, la escorrentía de la capa de nieve ha ayudado a que Powell se esté recuperando.

 

No hay duda que, las nevadas de invierno están ayudando a paliar de forma determinante la sequía de verano.