Llegar y aparcar en coche en una estación de esquí no resulta siempre fácil, pero si además estacionar el vehículo puede alcanzar el precio de lo que vale un forfait de día estamos apañados.

 

Y esto es precisamente lo que está ocurriendo en alguna estaciones de los Alpes y el último caso, el de la bulliciosa Les 2 Alpes, está levantando ampollas.

 

Les Deux Alpes ha implementado el estacionamiento de pago con el doble objetivo de reducir el tráfico, mitigar la contaminación y fomentar el uso del transporte público.

 

 

"Es una cuestión de costumbre. Sin restricciones, no cambiamos estos hábitos", explica el alcalde, quien también destaca que la contaminación visual y la presión sobre la infraestructura urbana han alcanzado niveles insostenibles.

 

Sin embargo, esta política ha generado un fuerte rechazo entre quienes argumentan que, si bien la conciencia ecológica es necesaria, el coste extra que representa para los esquiadores se suma a una serie de incrementos en los precios de la estancia.

 

 

 

En muchos casos, se ofrecen estacionamiento disuasorios gratuitos en áreas más alejadas o en municipios colindantes, aunque esto no siempre resulta práctico para aquellos que se hospedan en el centro del resort.

 

 

Para algunos visitantes, la experiencia se transforma en una invitación a vivir la montaña de otra manera. "Me gusta la idea de dejar el coche y hacer el resto a pie o con la lanzadera. Es el ambiente de vacaciones", comenta un joven esquiador, quien valora el cambio hacia una movilidad más sostenible, a pesar de las molestias que suponen los costes adicionales.

 

 

Por un lado, los municipios buscan reducir la huella ecológica del transporte privado, alentando a los usuarios a optar por alternativas menos contaminantes.

 

Por otro, la política genera críticas por parte de aquellos que consideran que el incremento de precios afecta negativamente la experiencia vacacional y puede llegar a desalentar el turismo.

 

El reto para las administraciones locales reside en encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y la accesibilidad económica para los turistas.

 

La apuesta por aparcamientos disuasorios y el fomento del transporte público son estrategias que, a largo plazo, podrían transformar la experiencia en las estaciones de esquí, pero que, a corto plazo, generan un debate entre quienes disfrutan de la montaña y los responsables de gestionar su sostenibilidad.