El artículo indica que el cierre ha afectado a toda la industria turística que se mueve alrededor de la nieve con tiendas de material, restaurantes, hoteles y empresas de servicios.

 

La COVID-19 ha obligado a cerrar todo el sector turístico y ha castigado de manera especial la economía de la comarca. El cierre, primero, de las estaciones de esquí y, después, de los hoteles y restaurantes y el resto de las empresas debido al confinamiento ha dejado sin efecto cerca de un millar de contratos de trabajo de la red empresarial relacionada directa o indirectamente del esquí.

 

 

Esta cifra, que impacta tanto los servicios directos como los indirectamente relacionados con la nieve, dibuja un flujo económico de 80 millones que se distribuye por toda la comarca.

 

El estudio apunta que la consecuencia directa de este impacto es la generación de 43 millones de euros de valor añadido, principalmente para la Cerdanya, y la creación de 829 puestos de trabajo, lo que condiciona de manera fundamental la demografía de la comarca.

 

Solo la estación de La Molina-Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC)- crea un centenar de puestos de trabajo directos, y hay que sumar los que generan las 13 escuelas y los 25 clubes de esquí que aprovechan sus pistas y el más de un centenar de bares, restaurantes y hoteles de alrededor del dominio esquiable.

 

 

Los últimos años, la estación ceretana de FGC ha registrado una afluencia de alrededor de los 35.000 esquiadores durante las fiestas de Semana Santa.

 

 

 

La recesión general, con miles de ERTE en todos los sectores, ha despertado entre los profesionales del turismo el temor de que la crisis también termine afectando la campaña de verano.

 

 

El presidente de la Federación de Hostelería de las comarcas de Girona, Antoni Escudero, ha definido la situación como una «catástrofe», mientras que su homólogo en la Asociación de Campings de Barcelona, Francisco José Caballé, remarcó que es un escenario "caótico y desesperante".

 

Escudero consideró que la paralización actual del sector hará que los meses de verano se vaya al "ralentí". Los primeros estudios apuntan a una pérdida de 2,7 millones de turistas internacionales si los efectos de la crisis sanitaria no se detienen antes de Semana Santa.

 

 

El contexto afecta directamente las empresas de las comarcas, como la Cerdanya, dedicadas al Turismo. Así, según PIMEC Turismo, el 90% de las pequeñas y medianas empresas de hostelería y la restauración han visto reducidas las ventas.