El tiempo está loco. Australia pasó de registrar el mes de mayo más frío de la historia, con nevadas que auguraban un gran inicio de la temporada de esquí, a una primera semana de junio muy calurosa que derritió casi toda la nieve.

 

 

 

 

 

Volviendo a mayo, más de cien estaciones meteorológicas de Australia, nuevas y antiguas, registraron las temperaturas mínimas más frías desde que se recogen datos.

 

El este y centro del país rivalizaron con las temperaturas que generalmente se observan a mediados de invierno en la región, cayendo 5 °C por debajo de los promedios históricos y ocasionalmente viendo temperaturas hasta 10 °C por debajo de normal.

 

 

Los niveles de humedad en todo el país también estuvieron muy por debajo del promedio, pero eso no detuvo la nieve y las gélidas temperaturas.

 

Sídney vio su mayo más frío en 53 años, con una temperatura media de 15 °C, mientras que el mayo de Brisbane fue el más frío visto en los últimos 29 años después de que las temperaturas descendieran a 11 °C.

 

La temperatura media de Canberra fue la más baja observada en los 11 años anteriores con 7,8 °C y tuvo 18 días con los termómetros por debajo de 0 °C.

 

Las temperaturas gélidas se pueden atribuir al posicionamiento de los sistemas de alta presión en la región, lo que permitió cielos despejados por la noche, es decir una gran pérdida de radiación superficial durante la noche.

 

Los vientos bajos en el suroeste de Australia también provocaron una corriente de aire frío del sur que afectó a todo el país y provocó que las temperaturas mínimas cayeran en picado.