La evolución positiva de las cifras de la pandemia y el hecho de que los espacios al aire libre no sean considerados zonas de especial riesgo para el contagio ha llevado al Principado a alinearse con Francia y no exigir un pasaporte sanitario a sus esquiadores, vengan de donde vengan.

 

Grandvalira y Vallnord Pal-Arinsal ya han anunciado que estrenarán la temporada de esquí 2021-22 el 3 de diciembre.

 

Está claro que en la postura del gobierno andorrano está influenciada por la de Francia, como ya avanzó que sucedería el jefe del Ejecutivo, Xavier Espot, a mediados de septiembre: "En el caso de que Francia lo pudiera exigir, quizás nos lo deberíamos plantear, porque de lo contrario los franceses no podrían venir a Andorra", explicaba entonces.

 

 

Y Francia tomó la decisión esta semana: “Este invierno esquiamos, los remontes estarán abiertos. Hoy el Common Law no impone el forfait sanitario en los remontes y seguiremos así. Mi idea es ser lo más simple posible”, decía el secretario de Estado de Turismo, Jean-Baptiste Lemoyne, en el marco del Congreso de las Zonas de Esquí de Francia (DSF), celebrado en Chambéry.

 

Que no se exija el pasaporte sanitario no quiere decir que no se mantengan algunas restricciones en lugares cerrados como los restaurantes o tiendas de alquiler y tampoco se descarta dar marcha atrás en el caso de que aumenten los contagios.

 

Al otro lado de Andorra y Francia están otros países con gran tradición en los deportes de invierno como Austria donde se exigirá el Pass-Covid o Italia, con el llamado Green Pass, mientras Suiza todavía no ha decidido nada.

 

 

 

Según informa El Nacional, en el caso de Catalunya, la reflexión que se está haciendo es la de no descartar exigir el pasaporte.

 

Por si sirve de orientación, el Tribunal Supremo ha avalado la medida adoptada por la Xunta de Galicia el agosto pasado de exigir pasaporte Covid para acceder en establecimientos de ocio y hostelería de la comunidad.