Éste ha sido el tercer invierno meteorológico más cálido en la estación Central de FEDA de Andorra 1.135m, con una temperatura media de 5.4 °C, empatado con el invierno 2019-2020 con la misma temperatura media, según Andorra Recerca + Innovació.

 

 

 

Este invierno ha tenido una anomalía positiva de 2.3 °C por encima de la media climática por el período de referencia 1981-2010.

 

 

 

 

Las primeras nevadas llegaron los días 20 y 21 de noviembre, con una cota de nieve que descendió hasta los 1300 m, y el día 29 donde se acumularon hasta 30 y 15 cm respectivamente.

 

Las bajas temperaturas de inicio de diciembre no fueron acompañadas por abundantes precipitaciones, lo que mantuvo el manto nivoso por debajo del percentil 30.

 

Esto significa que, de todas las observaciones históricas de la serie de espesor de nieve, tomando la estación de Sorteny como referente, solamente un 30% de las observaciones hasta entonces se sitúan por debajo.

 

No fue hasta la segunda quincena de enero cuando el invierno entró de repente en el Principado.

 

Las temperaturas se desplomaron, con un temporal de fuerte viento y nieve, dejando hasta 120 cm de nieve nueva.

 

 

Febrero pasó como un mes húmedo, climáticamente hablando. Entre los días 21 de febrero y fin de mes se acumularon hasta 70 cm de nieve nueva en Sorteny, consolidando un manto de 1,65 m al cierre del mes.

 

A finales de marzo el manto nivoso en la estación de Sorteny se ha situado cerca de los 90 cm, es decir, que durante este mes se han perdido hasta 75 cm de nieve.

 

 

Además, están los efectos de las altas temperaturas, la lluvia, la radiación solar e incluso la niebla y las nubes bajas. Todas estas situaciones se han dado durante este marzo en Andorra.